¡Que Viva México! La película que mostró al mundo la encantadora acidez de este país
Uno de los genios de la historia del cine, el soviético Sergei Eisenstein, viajó a México para documentar para siempre algo de su magia ancestral.
Uno de los genios de la historia del cine, el soviético Sergei Eisenstein, viajó a México para documentar para siempre algo de su magia ancestral.
El bosque de la reserva de la biosfera El Triunfo, en Chiapas, es el escenario donde nubes y copas de árboles coquetean oníricamente.
Si bien los tamales se pueden clasificar según sus características o métodos de preparación, la realidad es que la diversidad tamalera trasciende la imaginación mexicana.
Este mural es una de las más improbables realizaciones evangelistas: la imagen mitológica dentro de una iglesia, donde se conjugan guerreros náhuas del México prehispánico con seres sobrenaturales como los dragones.
Su altura per se las dota de imponencia, y circundadas por otros climas, las hace muy singulares.
Su ligero sabor a cacao y su consistencia la sitúan como una opción de las más refrescantes.
Se dice que en este lugar en el desierto de Durango los radios no funcionan y las brújulas se extravían.
Este es uno de los ejemplos más loables del destacado arquitecto mexicano Javier Senosiain; una estructura surreal que elogia a una de las divinidades cósmicas más prominentes del México prehispánico.
Una extraordinaria vista de Teotihuacan, la ciudad ceremonial en el que los antiguos hombres eran preparados para ascender a dioses.
Uno de los híbridos más interesantes de la globalización es la apropiación de géneros internacionales a culturas locales, como la maya tsotsil.
Para la antigua cultura maya, los cenotes –como conductores acuosos y portentosas entradas al inframundo–, fungían también como cámaras funerarias donde la gente veneraba a sus muertos ofrendándoles con flores y copal.
Mide 18 metros y desde hace 22 años yace enorme, voluptuosa, como haciendo un tributo a la excentricidad que siempre es Tijuana.
Con una cámara incrustada un volador nos muestra, si no el lado mental-físico-místico de la vivencia, sí al menos el estético y espacial.
La danza del Venado es una celebración donde la caza de este místico animal nos recuerda la sabiduría de nuestros ancestros
La también llamada “Esquina de México” es un escenario perfecto para ver la impermanencia budista: lo único seguro es el cambio.
Con petardos artesanales y martillos, los habitantes del pueblo de San Juan de la Vega festejan a “San Juanito”, el rebelde que robaba a los ricos para amparar a los pobres.
El Año Nuevo seri es un sentido de identidad, una necesidad de supervivencia para celebrar que viven en un mundo hermoso.
Sus objetos cotidianos de su vida en comunidad asoman una parte de la filosofía maya; información en imágenes que ha recibido de la tradición oral.