Al parecer en México existe un gusto especial por barrer (no así con el tirar basura en su sitio, al menos actualmente). En cualquier pueblo o ciudad, por la madrugada, decenas de personas salen con su escoba a barrer las calles; más allá de un hábito de limpieza básica, muchas personas parecieran tener simplemente la costumbre (o provechosa maña) de coger la escoba para barrer cuando llega un momento de ocio; y este hábito no es solo de mujeres, es indistinto al sexo.
¿Es solo una impresión o verdaderamente existe una cultura de barrer? La periodista Katherine Ashenburg, autora del libro The Dirt on Clean, describe algunos sorprendentes hábitos de higiene de los aztecas, entre ellos un baño diario, los recurrentes temazcales, aseo personal incluidos los dientes y la ropa, y uno muy notable tiene qué ver con el hábito diario de barrer: miles salían a las calles cada mañana para barrer en Tenochtitlán.
El material
Las escobas estaban hechas en su mayoría a partir de la técnica que aún hoy es empleada conocida como popotillo, misma que también se usaba para adornar templos, casas, escuelas. El popotillo viene de la planta conocida como Cambray.
Barrer en la mitología
En mitos como el del Diluvio de la cultura Totonaca, el acto de barrer se ilustra como obvio y relevante: en esta historia, por ejemplo, el perro que luego se convertiría en la mujer (que sería fundamental para poblar el mundo), se encuentra barriendo; pareciera que este acto anuncia que pronto volverá la calma y la vida.
En el nacimiento de Huitzilopochtli, Coatlicue, su madre, tenía a su encargo barrer (así hacía penitencia) en la Montaña de la Serpiente. Y barriendo fue como quedó en cinta pues, cuando lo hacía, una bola de finas plumas bajó y el plumaje posó en su seno; así fue como quedó embarazada. Lo curioso es que su oficio, pese a ser madre de deidades como Coyolxauhqui (diosa lunar), era el de barrer; uno importantísimo, reverencia ante los dioses.
Escoba de varas
Aún hoy, sobre todo en las calles de la Ciudad de México, cientos de intendentes barren las calles con una escoba conocida como vara de perlilla; estas se traen de los estados de México, Michoacán y Morelos. Cada una de ellas tiene hasta 240 varas y mide unos 90 centímetros. Muchos de sus usuarios forman un abanico con las varas para que abarquen más espacio.
Llama la atención que aún sean usadas estas escobas elaboradas a base del arbusto conocido como Symphoricarpos microphyllus, y aunque los europeos también barrían, no así en con la persistencia que los mexicas y otras etnias de México; quizá en el devenir repetitivo del movimiento de barrer se encuentre cierta serenidad, o exista algún otro motivo por el gusto de los mexicanos por barrer.
*Imagen: Mujer barriebdo/Códice Mendocino