Los humanos somos seres extraños. Por un lado nos gusta sentirnos a salvo pero también nos gusta la adrenalina. Pareciera como si rehuyéramos a la perenne calma, por ello somos gustosos de actividades que parecieran irracionales como los deportes extremos o las películas de terror.
Lo que sucede es que como especie nos mueve de algún modo la recompensa, cada vez que nos ponemos ante una situación de peligro y luego encontramos que en realidad nos encontramos seguros obtenemos una sensación de recompensa. Por ello en nuestros cerebros el área de placer y dolor está prácticamente en la misma región.
Es precisamente este fenómeno el que hace que disfrutemos del picante. Ningún otro mamífero en la naturaleza es capaz de comer chile por gusto, el ser humano sí, y el mexicano ¡mucho más!
Los siguientes son estudios que muestran las razones científicas de por qué al humano le gusta enchilarse:
- Según estudios de Paul Rozin de la Universidad de Pensilvania, uno de los mayores expertos en picante del mundo, disfrutamos del enchilamiento precisamente por producirse una mezcla entre placer y dolor. Según Rozin el picante pone en funcionamiento ambas sensaciones al mismo tiempo. Y a este tipo de actividades que generan placer y dolor las llama actividades benignamente masoquistas o reverso hedónico.
- Un artículo de The Wall Street Journal sobre el tema apunta a que cuando se activan las áreas tanto de dolor como de placer el cerebro genera dopamina; esta última tiene qué ver con la motivación y la recompensa. Cada que sobrepasamos un enchilamiento, nuestra mente se siente bien con ello.
- También, según el investigador Paul Rozin de la Universidad de Pensilvania, ha demostrado que la sensación de alivio y placer son prácticamente la misma. Un mix que indudablemente produce el picante.
- La capsaicina, sustancia que nos hace enchilarnos, no tiene sabor, más bien activa las areas nerviosas gustativas del peligro, pero según el investigador Ranier Gutiérrez Mendoza, del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) su efecto hace que sintamos más como una experiencia la comida, por ello se dice, le da sabor a los alimentos.
*Imagen: Cordon Press