Para entender la vasta constelación de divinidades aztecas es útil echar un vistazo a la siguiente estructura: existieron dos dioses creadores, Ometecutli (masculino de origen) y Omecihuatl (de origen femenino). De ellos surgían los 4 elementos rectores principales: Tezcatlipoca (señor del espejo negro) y Quetzalcóatl (serpiente emplumada), creadores del mundo, Tláloc (señor del agua) y Ehécatl (señor del viento), proveedores de la lluvia y de la vida. Ahora, el dios más importante fue Huitzilopochtli, patrono de la guerra, el fuego y el sol. Tal como explica Don Miguel León-Portilla en Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares (1961),esta deidad fue adoptada por los aztecas en algún momento de su historia y de algún modo desbancaba a Tloque Nahuaque –originalmente el dios primario de los pueblos nahuas–.
La azteca era una sociedad politeísta (aunque algunos afirman que finalmente la estructura jerárquica que remite finalmente al monoteísmo). Además de los dioses que adoptaron de antiguas culturas nahuas y que asumieron cuando llegaron a Aztlán (una tierra ya poblada), se mostraban particularmente hospitalarios con los dioses que adoraban aquellos pueblos que iban sometiendo con sus conquistas. De hecho, junto al Tempo Mayor construyeron también un recinto dedicado a los dioses patronos de los pueblos conquistados.
La multiplicidad de deidades adoradas por los mexicas, más de un centenar, no eran seres perfectos como el dios occidental. Más bien correspondía a encarnaciones sagradas de la naturaleza, pero con personalidades humanas. Por lo tanto eran imperfectos, y tenían tanto virtudes como vicios. Así, los aztecas no negaban la condición humana de las pasiones y estas eran representadas con naturalidad en sus dioses.
Los dioses de los vicios
Había un grupo de los dioses de los excesos menores llamados Macuiltonaleque, identificados plenamente en el Códice Borgia. Entre ellos figuraron cinco: Macuilcuetzpalin (Cinco Lagartija), Macuilcozcacuauhtli (Cinco Buitre), quien fuera el dios de la glotonería; Macuilmalinalli (Cinco Hierba), Macuiltochtli (Cinco Conejo), asociado con los dioses menores del pulque, de la embriaguez y era representado con un conejo, asociados a su vez con la embriaguez y los excesos. Y finalmente Macuilxóchitl (Cinco Flor).
Los demás dioses considerados parte del gremio de los vicios son:
Mayáhuel:
Diosa del maguey, por ello de la embriaguez. Era relacionada con la mala suerte por lo que los que nacían en un día asociado a su fiesta habría de terminar mal.
Ometochtli:
Uno de los 400 dioses menores vinculados a la embriaguez, representado como Macuiltochtli con un conejo (asimismo este símbolo estaba asociado con la embriaguez y los excesos).
Tepoztécatl:
Su nombre viene de tepoztecatl, persona de la hacha de cobre tepoztli. Dios de la fermentación y de la embriaguez, patrón de la fertilidad
Es la diosa de la inmundicia y de los amores ilícitos. Patrona de la incontinencia, del adulterio, del sexo, de las pasiones, de la carnalidad y de las transgresiones morales. Era la diosa que eliminaba del mundo el pecado (y a su vez lo provocaba) y la más relacionada con la sexualidad y con la Luna.
Huehuecóyotl:
Es un dios fiestero, incluso se decía que instigaba guerras entre humanos para aliviar su aburrimiento. Es es el dios del destino, de la danza y de los deseos mundanos. En el Códice Borbónico es representado como un coyote bailando con manos y pies humanos, acompañado por unos platillos.
Lecturas recomendadas:
Bodo Spranz (1975). Fondo de Cultura Económica México, ed. Los Dioses en los Códices Mexicanos del Grupo Borgia: Una Investigación Iconográfica. María Martínez Peñaloza (Traducción). México. ISBN 968-16-1029-6.
Cecilio Agustín Robelo (1905). Biblioteca Porrúa. Imprenta del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, ed. Diccionario de Mitología Nahua. México. pp. 229, 230, 231, 232, 233, 234, 235, 236. ISBN 978-9684327955.
Michael Jordan (2004). Library of Congress, ed. Dictionary of Gods and Goddesses (en inglés). EE.UU. p. 309. ISBN 0-8160-5923-3.