Hace millones de años el lento enfriamiento de la lava originó una de las formaciones que figuran entre las diez maravillas naturales de México: los prismas basálticos de Santa María Regla, en Huasca de Ocampo.
Un exquisito hilo de agua cae sobre cientos de columnas rocosas de basalto que han adoptado formas de hexágonos y heptágonos –frías pero radiantes superficies que forman ritmos hipnóticos–. Lo más increíble, es que estos ejércitos de basaltos están dispuestos en relieve, haciendo una especie de tributo natural a la caída de agua.
En los espacios aledaños al Salto, enmarcan también cual soldados estéticos más prismas, como en una mega instalación natural que encuadra una escena que además hace juego con los bosques de la zona, colmados de heno, inmersos en la mitología de los duendes tan propia de Huasca.