Cuando la Segunda Guerra Mundial, se sabe que México ocupó un lugar estratégico por su cercanía a Estados Unidos. Ha sido verificada, por ejemplo, la historia sobre el telegrama que Alemania envió a México en la Primera Guerra Mundial para que invadiera Estados Unidos, pero lo anterior fue descubierto por los servicios de inteligencia británica.
Alemania podría haber buscado aliarse con México para invadir Estados Unidos, aunque en caso de la negativa de este, bien podría haberlo invadido; la amenaza era latente, aunque muy pocos lo hacían consciente.
Hubo un personaje que lo hizo consciente, y también se preparó para combatir una posible invasión tanto de los nazis como de los japoneses, su nombre fue Antolin Jiménez quien organizó una legión de: ¡charros! para combatir a estos extranjeros llamada formalmente: La Legión de los Guerrilleros Mexicanos.
Este grupo no fue poca cosa, llegó a estar formado por cien mil hombres; en la época algunos diarios publicaron la noticia, sin embargo no fue una historia que trascendiera del todo al conocimiento popular. En 2006, Fernando Llanos, nieto de Jiménez, aún desconocía esta historia, preguntó a su abuela sobre los rumores de la relación de su abuelo con Pancho Villa, y desde entonces por consejo de ella comenzó a investigar.
Fue cuando descubrió la legión de charros y fue tal su sopresa que filmó un documental durante cuatro años y medio, el resultado es Matria, donde se documenta esta peculiar historia. Llanos relata:
Era curioso ver cómo pensaban pelear contra los panzer (tanques alemanes) a caballo.
Sobre la legión
Esta duró solo un año, sin embargo, como ya apuntamos, reunió hasta 100 mil hombres. La legión se apoyó en la Sedena y en el presidente Manuel Ávila Camacho. Los tenientes y generales dieron asesoría militar a estas personas. Después el gobierno desistió de aceptar este apoyo oficialmente, y de hecho, aunque en se conservan algunas notas al respecto, como de El Universal, hoy la Sedena y otras instancias oficiales niegan tener información del apoyo oficial. En opinion de Llanos, lo anterior con el fin de desincenivar este tema, que quizá con las autodefensas actuales podría sumar mayor interés sobre este tipo de movimientos.
Finalmente ni Alemania o Japón invadieron el país pero la figura del charro como patriota comprometido en aquel entonces se reforzó con este fugaz y magnético movimiento civil.