Algunos músicos afirman que los mexicanos somos los mejores fanáticos del mundo. Se rumora que somos los que aplaudimos más fuerte; que gritamos "otra" hasta que se nos acaban los pulmones y nos sabemos todas las canciones de las bandas a las que vamos a ver (o por lo menos las "washawasheamos"). Pero ¿será que estamos acostumbrados a esta pasión exacerbada? Incluso da para pensar que adorar así a nuestros ídolos locales nos hace olvidar por qué nos parecían tan fantásticos al principio.
Tal vez es solo desde la distancia donde podemos volver a cultivar un amor genuino por los iconos que informan nuestro cariño por esta tierra. De lejos podemos re-descubrirlos como si fuera la primera vez que tocan deliciosamente nuestros oídos. Y es que hay algo en lo que estos "iconos" manifiestan que no tiene que ver con el idioma o un contexto determinado; sino con sus miradas, sus voces, la forma en la que se mueven.
Así lo demuestran los protagonistas de un curioso canal de youtube llamado Russians React donde un chico y su simpática madre graban sus reacciones mientras escuchan música de diversas partes del mundo. En su repertorio tienen una extensa colección de reacciones a momentos icónicos de la música mexicana, que, a juzgar por sus miradas, risas, comentarios y una que otra lágrima, disfrutan particularmente.
Sin saber, francamente, un gramo de español, se emocionan profundamente con la inigualable voz de Juan Gabriel, la belleza de Selena y el ingenio de Jorge Negrete. A través de su viaje interior encuentran referencias para explicar lo que ven comparándolo con manifestaciones culturales rusas. Y en otros casos, solo la imagen o el sonido son elementos suficientemente potentes.
Algunas cosas sí se "malinterpretan" y es chistoso, como cuando escuchan La célula que explota de Caifanes y la mamá insiste que la traducción debe ser gota, porque simplemente no le cuadra la idea de una célula explotando. Al mismo tiempo, hacen lo posible por dejarse llevar por lo que están viendo y no caen en los clásicos estereotipos que suelen dominar la imagen mexicana en el extranjero. Así, con mucha apertura, se avientan desde los diez minutos del Huapango de Moncayo, hasta Frijolero de Molotov.
Sin duda te dejarán conmovido, especialmente porque algo en su ejercicio recuerda a los mexicanos que están lejos y que precisamente desde la distancia se re-enamoran de esta tierra al aferrarse a las cosas lindas —mucho más allá de las palabras y los contextos— que los ídolos mexicanos que dan la vuelta al mundo van depositando a su paso.
La célula que explota, Caifanes
Huapango de Moncayo con dirección de Alondra de la Parra
Como la flor, Selena
Coplas en "Dos tipos de cuidado", Jorge Negrete y Pedro Infante
El triste, José José
Hasta que te conocí, Juan Gabriel
La Bikina, Luis Miguel