Casi es navidad y, definitivamente, lo más delicioso de la época son las tradiciones. Por otro lado, cada vez es más claro que nuestras costumbres están buscando a gritos ser reinterpretadas. Sucede que el mundo está –rápidamente– siendo poblado por una generación a la que le encanta hablar de sí misma y encuentra su identidad en la remezcla. Es el grito millenial y ellos están listos para refrescar todo a su paso.
La fabulosa generación millenial también ha sido protagonista de múltiples sobremesas y discusiones este año; posiblemente, porque logró afianzar para la posteridad los clichés que la definen. Con ello, por supuesto, vienen un montón de dilemas y polémicas. Los millenial han sido dura y explícitamente criticados por generaciones mayores e, incluso, por supuestos miembros de la generación. Pero eso no los detiene. Están reinterpretando formas de vida, consumo y estereotipos, para consolidar una nueva identidad.
Por otro lado, especialmente en un país como México, qué dolorosas y absurdas resultan las generalizaciones. Analizando –y sólo de forma breve– las características atribuidas a los millenials, surgen preguntas básicas, pero que podrían cambiarlo todo. Si ser millenial es estar pegado al celular, comer aguacate y defender la tolerancia, hasta la intolerancia, ¿ser millenial es un asunto de clase socioeconómica?
Dicen que ser millenial es ser frágil; pero las condiciones para muchos de la generación son absurdamente complejas y violentas. Así que esa generalización… deberíamos descartarla. Poco se agradece que quienes nacieron con esta marca están reinterpretando lo cotidiano y poniendo activamente atención en problemas como violencia de género y el cambio climático. Y si los millenials son egocéntricos, flojos y antojadizos; tal vez no existen millenials en todos lados. Y tal vez no todos los que nacieron entre 1980 y el 2000 sean millenials…
Lo que sí sabemos es que esa generación está enfrentando un panorama muy complicado, donde los conservadurismos y la hiperdemocracia (que sabe más a derecha que a izquierda) están viendo cómo mantenerse vivos, a pesar de la edad. Por eso queremos regalar a los millenials su propio nacimiento navideño, tal vez parodiando a los clichés –porque se vale notarlos para romperlos–, pero, especialmente, como homenaje.
Esto es lo que lleva el perfecto nacimiento millenial:
Establo
Según el mito, fue en un establo donde yacía el pesebre que recibió al niño Jesús. Tradicionalmente, este espacio representa el interior del sujeto. El establo del millenial mexicano es una casa propia, construida para ser completamente sustentable. Con huerta orgánica y todo. Además de aprender a no comprar aire y dejar el sueño de los departamentos atrás, el cliché dicta que los millenials quieren vivir "fuera del sistema".
Buey
Que representa la naturaleza. Sin duda es encarnado en nuestro nacimiento post-noventero, por un ecologista, adicto a la moda, que canta rap con Kanye y es de ascendencia "azteca". Un tipo idéntico al activista Xiuhtezcatl Martínez funcionará bien.
Burra
Este lindo personaje representa la humildad y, tradicionalmente, la ignorancia de "los hombres", esperando a ser guiados por la luz divina. En este delicioso nacimiento, la burra es representada por una chica de clase media, con departamento en una zona "decente" en la Ciudad de México, esperando con credencial de elector en mano, muy humildemente a que alguien le explique qué hacer en las próximas elecciones…
Estrella
La estrella es la iluminación. En esta linda interpretación la estrella es un millenial promedio bailando reaggeton incluyente, vestido con ropa de segunda mano, alejándose lo más posible de 2017, listo para recibir un nuevo año que, tal vez no promete muchas mejoras, pero a todos nos urge acabar por acá…
Ángel
El Ángel representa las buenas noticias. Un millenial sonriente y alado, vestido elegante con un traje blanco, que sostiene su celular, anunciando en la pantalla las cosas buenas que sí están pasando. En "destacados", por supuesto, la inmensa solidaridad de los jóvenes mexicanos; las ganas de involucrarse con mucha más información en los asuntos políticos; un montón de bolsas de tela para el super; algunos conciertos.
Virgen
Rodeada de suculentas (la planta millenial); comiendo un pan tostado con aguacate orgánico y libre de pesticidas, y despidiendo con cinco estrellas al conductor que la trajo hasta el establo, la virgen María representa el amor, la fertilidad y la tierra. Sonríe, mientras hace una transmisión en vivo del niño Jesús abriendo los ojos. Millones de seguidores lo están viendo todo y mandando corazones efusivamente.
José
Representa la sensatez y un vínculo con la tierra que no es "terrenal", sino completamente divino. Es respeto y cariño por lo demás. En nuestro nacimiento millenial, José es un joven vestido de brigadista, porque aunque ya sea un cliché, parece que aún no hay generación humana en donde falte el sentido de comunidad. Este personaje nos recuerda que el término millenial es demasiado amplio y, al mismo tiempo, escueto. Todo el tiempo, en todos lados, hay alguien buscando que todos estemos en mejores condiciones.
Tres reyes magos
Estos tres compadres son un club multicultural. Les gusta todo tipo de música, pero hay uno por ahí con predilección por el k-pop. Ya no regalan oro, porque no es muy ecológico ni socialmente responsable; tampoco mirra, porque no tienen ni idea de qué sea. Llegaron los tres con incienso, se lo trajeron de Tepoztlán. Están seguros de que el estrés de todos se va a curar con un poquito de humo.
Niño Jesús
El representante oficial de una generación completamente nueva. Adicto por genética a snapchat y a los peores youtubers, está listo para hacer que los millenials se sientan conservadores.