El uso de plantas alucinógenas psicoactivas ha sido, desde hace miles de años, una parte fundamental de la vida del ser humano y su relación con los reinos de lo invisible. Los pueblos primitivos las aprovecharon para curar enfermedades físicas y espirituales, utilizándolas para comprender y responder a padecimientos y cuestiones existenciales.
Así, las plantas psicoactivas han funcionado como puentes que comunican el plano en el que existimos con aquellos donde se mueven los dioses y la divinidad. En México y su extenso territorio, han sido usadas por chamanes de diferentes culturas. Entre las más conocidas y estudiadas se encuentran el peyote y los muchos tipos de hongos alucinógenos que crecen en esta tierra. Pero poco se habla de la Salvia divinorum.
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Esta planta sagrada es endémica de nuestro país
También conocida como "hierba de la Pastora", la Salvia Divinorum Epling es una planta endémica de nuestro país perteneciente a la familia de las mentas. Ésta crece a unos 1,200 metros de altura en la zona mazateca de la Sierra Madre Oriental de Oaxaca.
En mazateco, se le conoce como ?ka Pastora o ?ka María Pastora (hoja de la pastora u hoja de María pastora, en español) —una alusión evidente a la Virgen María. La salvia ha sido utilizada desde tiempos prehispánicos por chamanes mazatecos en ceremonias adivinatorias y curativas. Un ejemplo claro es el de María Sabina, que utilizaba esta hierba en el periodo del año en que escaseaban los hongos.
La primera mención registrada de la Salvia divinorum data de 1939, y fue hecha por el etnólogo J.B. Johnson en The elements of mazatec witchcraft, donde éste la llama "Yerba María". Años después, en 1945, el pionero de la etnobotánica mexicana, Blas Pablo Reko, hace una descripción detallada de la Pastora en su Mitobotánica Zapoteca.
Más tarde, Arturo Gómez Pompa hizo una serie de recolecciones y clasificaciones que permitieron ubicarla en la familia de las salvias. R. Gordon Wasson, otro pionero de la etnobotánica enfocado en el uso de plantas medicinales y psicoactivas en rituales, dio popularidad a esta planta entre sus colegas, lo que resultó en un gran interés por la Salvia divinorum y sus efectos, algo que derivaría en la inclusión de esta planta en el hoy clásico Plantas de los Dioses de Hofmann y Schultes (1979).
Sobre los rituales que incluyen Salvia divinorum
Existen distintas variantes de los rituales mazatecos que incluyen Salvia divinorum, sin embargo la mayoría tienen en común el proceso de preparación que consiste en la recolección de la hierba en un lugar donde ésta crece silvestremente. Esta búsqueda se hace con un enorme sentido de respeto y cuidado hacia la planta ?entre otras cosas porque es considerada una manifestación de la Virgen María.
Para el ritual es necesario realizar un ayuno y un periodo de abstinencia sexual previos. La ceremonia sucede regularmente por la noche, las hojas de salvia se ahúman con copal entre cantos repetitivos e hipnóticos que combinan simbolismos mazatecos y católicos en los que el Sol toma el lugar de ser supremo: Que salga muy bien el Sol y que te cuide mucho. Que no se rompa una pierna cuando vaya a caminar, que no le dé reuma, que los cuide mucho Dios….
De la conocida también como menta sagrada se extrae una poción verdosa al frotarla con las manos mezclada con agua, dicho brebaje es ingerido para posteriormente recostarse. El chamán funciona como guía o mediador en una sesión que dura alrededor de una hora; el pico alucinógeno del efecto de la salvia es de tan sólo unos minutos.
Sus efectos son descritos como estados oníricos y extáticos, hipersensibilidad luminosa e imágenes mentales introspectivas. Según la tradición mazateca, la importancia o relevancia de cada ceremonia radica en prestar atención a dichas imágenes mentales ya que en ellas se encuentra la respuesta o remedio para el mal padecido o la pregunta formulada.
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La Salvia divinorum es sólo una de las muchas plantas sagradas que habitan nuestro país y es, también, un singular reflejo de la mezcla de culturas de la que somos fruto. Conocer la riqueza de un pueblo y su sabiduría ancestral a través de los seres que habitan su territorio es fundamental para el aprendizaje de quienes somos hoy, como nación y como herederos de dicho tesoro.
Es indispensable, hoy más que nunca, abrazar a nuestras culturas primigenias, honrarlas y ayudarlas a resguardar y transmitir sus conocimientos, con la enorme cantidad de respeto que ello merece.
Referencias: