La obra de Rulfo, cada uno de sus libros, es un regalo a la imaginación que todas y todos debiéramos hacernos.
Pocas hojas saben más a México que las que escribió Juan Rulfo. Hay algo en su narrativa, una forma endémica de habitar el tiempo-espacio, que hila la hiperdiversidad mexicana.
Rulfo es considerado por muchos como el más lúcido escritor mexicano, y una de las mentes literarias más privilegiadas del mundo (entre ellos Borges y García Marquez). Su única novela, “Pedro Páramo”, se percibe como la más representativa del país, mientras que sus cuentos son, cada uno de ellos, una deliciosa ventana para asomarse a realidades más allá de la realidad.
La imaginación es infinita, no tiene límites, y hay que romper donde se cierra el círculo; hay una puerta, puede haber una puerta de escape, y por esa puerta hay que desembocar, hay que irse.
Juan Rulfo
Dos obras maestras, una compilación editada de cuentos, y otros tantos esparcidos en revistas, algún prólogo, unas cartas de amor y unos cuantos textos de cine, conforman la obra completa del hijo pródigo de Apulco, Jalisco. Sin embargo, este “pequeño” cuerpo de obra le valió la posibilidad de deambular, tal vez para siempre, en el imaginario literario.
Juan Rulfo es indeleble. Mientras haya una persona que lo lea o relea, y que ceda ante el hechizo literal de sus historias, Rulfo seguirá escribiendo. Y la imaginación de aquella persona, estará recibiendo un banquete.
¿Dónde leerlo?
Existen numerosas versiones digitales de la obra de Rulfo, para descarga en PDF o para leer en línea. Lo mismo ocurre con las ediciones impresas. Para leerlo en papel, a nosotros nos encanta esta caja conmemorativa con sus tres libros publicados “El Llano en Llamas” (1953), “Pedro Páramo” (1955) y la compilación de cuentos publicada póstumamente, “El Gallo de Oro y otros relatos” (1980), y que puedes adquirir en este enlace.