De entre los meteoritos famosos de México, están el de Bacubirito, de Sinaloa, y otro descubierto en el siglo XVII cerca de Jiménez en Chihuahua. Este último fue llevado a la Ciudad de México a finales del siglo XIX.
Por sus minerales, un meteoro tiene una dinámica especial con el campo magnético de la Tierra, lo anterior hace que generen ellos mismos un campo magnético fuerte. Este último suele medirse, aunque en esta ocasión de manera distinta: el proyecto Sideral, con motivo del año dual México-Alemania, ha desarrollado una manera de medir el campo electromagnético pero además convertirlo en notas musicales.
Para ello fue construido un instrumento que interpreta la variaciones del campo magnético del meteoro y envía a un programa los datos a los que les es asignados sonidos.
Este meteorito pesa 3.3 toneladas. Según la artista mexicana Marcela Armas:
El objetivo era hacer una lectura del campo magnético de un meteorito, entendido desde nuestra perspectiva como la lectura de una memoria, de la historia de una roca que viajó por el universo y que llegó a nuestro planeta.
La música que llena la capilla del Museo Ex Teresa Arte Actual lleva sonidos inspirados en la música rarámuri, por el lugar donde fue hallado, tierra que pertenece a este grupo indígena.
Curiosamente este proyecto artístico podría ser un aliciente para la ciencia ya que la interpretación del campo electromagnético pordría ser una nueva manera de estudio de los cuerpos celestes, según declaraciones de Daniel Flores, científico del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM):
Hay técnicas en las que se cortan y se estudian sus propiedades magnéticas; ahora se vislumbra un modo de estudio de la totalidad del meteorito a través de la medición de la interacción del campo magnético de la tierra con la de sus minerales.
*Imágenes: 1)EFE/ Mario Guzmán; 2)enlacedigitalbajio.com