Quizá el mayor atributo dentro de la gama de talento de Guillermo del Toro es su imaginación. Muchos de nosotros no comprendemos como es capaz de vislumbrar tantos personajes, tan maravillosos, complejos, llenos de personalidad y nuevas formas. Su creatividad, que además lleva de manera magistral a la pantalla, y desde un trabajo meticuloso creado a través de miles de bocetos, primero a mano, es simplemente sorprendente.
En los Ángeles, lugar donde vive desde hace años, tiene dos casas, una donde habita con su esposa e hijas y otra a unas cuadras, que es muy famosa y es conocida como Bleak House, en español más conocida como Casa de los Horrores. Esta casa es una suerte de estudio, un lugar donde él y su equipo trabajan, y donde se inspiran con más de 700 obras alusivas a la fantasmagoría, y cientos de objetos. Aquí es donde "Dibujamos, dibujamos, dibujamos", dijo para The New York Times.
Está ahí para proveer un shock al sistema y hacer que circule la vida, la sangre de la creatividad, la cual yo creo que es la curiosidad. Cuando pierdes la curiosidad, se pierde enteramente la invención, y comenzamos a volvernos viejos. Así que la cueva humana de la “Casa de los Horrores” fue diseñada para ser una especie de compartimiento a compresión donde podamos crear en un ambiente estimulante.
Con una pared de color tinto, que memora a lo vampiresco todo el tiempo, seres en cloroformo, efigies de Frankenstein, alusiones los grandes de la literatura del horror como H.P. Lovecraft o Edgar Allan Poe; seres de su imaginación y de sus películas hechas esculturas; cuadros de grandes de sus inspiraciones en el cine como Hitchcock, etc.,
Más allá del horror, cada objeto incita al mundo posible de otras dimensiones, como un lugar que siempre te recuerda que los linderos de este mundo son siempre difusos.