¿Cómo se veían las piezas prehispánicas a color? (FOTOS)
Originalmente, muchas de las piezas prehispánicas que conoces llevaban color, mira algunas que aún se conservan con sus tonos iniciales.
Originalmente, muchas de las piezas prehispánicas que conoces llevaban color, mira algunas que aún se conservan con sus tonos iniciales.
Aunque “el ombligo de la luna” es un distintivo muy común para recordar México, sus orígenes mitológicos parecieran celebrar, más bien, a los más bellos astros.
Muy parecida a la concepción de algunas culturas orientales, los nahuas llamaron tonalli a la energía que subyace a todo lo existente.
Del paraíso el dios del viento fue a sacar la música. Considerando esta supremacia divina de origen, es inevitable pensar que la tradición musical se encuentra en casi todos sus rituales de origen indígena.
La mitología mexica los trajo, aparentemente de una tradición totonaca, y aún hoy los chaneques colman las leyendas del país.
El sincretismo religioso, pero también otros factores culturales, provocaron que en en algunas regiones surgieran celebraciones navideñas muy particulares en México.
En el México Profundo el chamanismo sigue manifestándose como una increíble práctica de fe que pareciera aún intacta.
Leyendas en torno al nacimiento de la flor más navideña de todo del mundo, y endémica de México, La Noche Buena.
La virgen de Guadalupe ha sido, además de motivación religiosa, un factor de unidad nacional presentada por la iglesia católica como el máximo milagro mexicano, sin embargo, detrás de su culto existe otro más antiguo.
En especial dos plantas forman parte de las “Hierbas de Tláloc”, que luego de 500 años de la conquista siguen honrando a este dios.
Las enseñanzas meteorológicas de los antiguos rarámuri –los pilares del cielo y la tierra– para retomar nuestra responsabilidad ecológica y espiritual con los 4 elementos.
Una breve descripción de plantas alucinógenas o psicotrópicas que fueron de uso común en Mesoamérica y que en palabras nahuas “hacían girar el corazón (conciencia) de la gente”.
Como todo arte sagrado, la procedencia de este tarot es incierta. Se encubre bajo la acción lúdica del entretenimiento, aunque su espíritu de oráculo se remonta a las artes adivinatorias del México prehispánico.
Los mexicas y otras culturas mesoamericanas conocían la gran influencia de la luna en nuestras vidas, desde la fecundación, el nacimiento, la agricultura, y por ello la honraban.
Los aztecas situaron al corazón como parte imprescindible de los puntos energéticos del humano, fue también la metáfora para referirse al “yo” más profundo, la voz interna de los hombres
Un inesperado ritual alquimista donde tienen lugar los objetos que constituyen nuestro universo; meras representaciones de la voluntad psíquica pura.
A al menos 4 lugares muy distintos se dirigían las almas de los aztecas según el tipo de muerte que tuvieron.
La música y el canto como puente para invocar y acompañar a los espíritus en el trayecto a su destino en el otro mundo ha sido común en México.