En México la familia es, desde siempre, un símbolo –el más emblemático de todos. Tal vez por ello sea que los mexicanos llevamos la felicidad en los genes, o que complejas situaciones económicas simplemente nos hacen más unidos. El conservar a una familia tradicional –numerosa y unida– es, ciertamente, el más reconfortante logro de muchos mexicanos que a pesar de la estigmatización de prácticas como el matrimonio en la modernidad, hoy se sigue celebrando con los mismos valores de hace unos cuantos siglos.
Y justamente son estos valores los que han hecho crecer a México, quizás no en la trascendencia moderna pero sí en la metafísica, que más allá de reflejar costumbres obsoletas o arraigadas, refleja una envidiable conservación de sus ritos populares de origen. Ciertamente es el caso de los matrimonios longevos en México –una práctica cada vez más extinta en la actualidad y de la que probablemente aprenderíamos mucho sobre valores reales– con numerosos hijos y una admirable resistencia en pareja a prácticamente cualquier reto de la vida.
Como la primera vez, así como la enamora uno, así la quiero.
Faustino Jacinto Vázquez
En el Estado de México en el pueblo de Villa del Carbón, se encuentra la pareja más longeva del país y una de las más antiguas del mundo que lo demuestran. Se trata de Faustino Jacinto Vázquez de 101 años, y Estefana Gómez de 99. Según un estudio de La Jornada, la pareja se casó hace ya 83 años y medio, el 17 de octubre de 1932, cuando apenas eran unos adolescentes. Tuvieron 15 hijos (4 de ellos murieron) y formaron una familia de 224 personas. Con algunos problemas de salud de por medio y una larguísima vida saltando pobrezas, hambre, enfermedades y la muerte de cuatro de sus hijos, Faustino y Estefana han logrado sobrevivir tomados de la mano.
Su conmovedora historia comenzó cuando se fugaron a los 18 y 16 años respectivamente y a los 30 días se encontraban ya casados. “Yo le decía: ¿estás segura que me quieres? Sólo tengo lo que traigo puesto. Un sombrero de palma roto y la ropa sucia de carbón”, advierte Faustino, a lo que Estefana responde que era para ella el más “bonito” y trabajador de todos los hombres. La casa en la que actualmente viven es la misma en la que vivieron desde que se comprometieron.
Felices, celebran que Dios les ha dado la oportunidad de vivir toda una vida de exorbitantes cambios, juntos y bajo los mismos valores de respeto, a pesar de todas las cosas. ¿Cuánto del mundo habrán conocido ya sus ojos?
Su consejo
Cuando les preguntan sobre la clave para mantener una pareja durante varias décadas y, sobretodo, feliz, ellos lo resumen en uno consejo tan básico como profundo:
Aseguran que no tienen una fórmula mágica para que su matrimonio lleve más de 8 décadas; tan solo creen en el respeto como una base fundamental. “Gracias a Dios nunca nos hemos dicho una grosería o una mala razón, no, nosotros no“, concluye Estefana Gómez.