En Pachuca, Hidalgo, existe un lienzo de 20 000 m² que libera una magnética gama de colores sobre las paredes de hogares y edificios del barrio marginado Las Palmitas. Si bien el proyecto artístico comenzó como una intervención de regeneración urbana, ahora el macromural se ha convertido no solo en un símbolo de identidad comunitaria y en un elemento paisajístico para los habitantes de los alrededores, también en una atracción turística que han cubierto medios como The Guardian, Al Jazeera y Associated Press.
Todo inició con el colectivo de artistas Germen Nuevo, quienes bajo la encomienda de los gobiernos federal, estatal y local, empezaron a rehabilitar la zona de acuerdo a premisas como el impacto psicológico de los colores y el alcance del arte como agente de regeneración sociocultural. Provenientes de los municipios más inseguros del Estado de México, aceptaron participar en el proyecto “porque somos de barrios peligrosos y queremos demostrar que el arte no es un souvenir para los conocedores, es un derecho de todos.”
Enrique Gómez, cofundador de Germen, cuenta a Verne que “en lugar de volverse un chico malandro, opté por el aerosol y dejar de lado los riesgos, usando el dibujo como una alternativa de vida.” Fue así que, junto con el grafitero de Neza, Jonathan Méndez, crearon en 2014 un colectivo con el que se pudieran experimentar con otra “estética, técnicas y herramientas que no se permiten en el graffiti por las reglas como el can control –control de la lata, significa que el artista sólo puede usar aerosoles en su arte y debe dominar su uso para crear detalles, contrastes y textura.”
La colorida intervención revitalizó más de 200 casas de Las Palmitas, impactando en las 450 familias del barrio. Gómez explica que para definir la estrategia de intervención realizaron una maqueta volumétrica con un sistema de coordenadas que les obligó a meterse “hasta la cocina de cada casa, y escuchar las historias de la gente y los problemas que enfrentan.”
Como resultado de su estudio fenomenológico Germen retomó las historias de cada una de esas familias para crear el mural que daría un eje identitario al barrio. Por eso el mural abarca no solo el conjunto de casas, también las calles.
Gómez define este proyecto como parte del nuevo muralismo mexicano, el cual…
No se construye con la perspectiva de un artista sino de un consenso y de la intervención social del artista en una comunidad. […] Nos dimos cuenta que hacía falta un lugar de convivencia para todo el pueblo, donde pudieran conocerse y hablar, creemos que esa es una de las razones por las que había tantos conflictos entre la gente. […] Creo que la gente se está percatando del potencial que tiene su comunidad para mejorar y el potencial que tienen ellos para buscar alternativas a su realidad. Eso es un efecto del arte, el arte es poder, y queremos propagar ese mensaje a otras partes del país.
Su impacto
Según cifras del ayuntamiento de Pachuca el mega mural ha influido significativamente en la disminución delictiva. De 2012 a 2015 los robos y asaltos disminuyeron 73% comprobando que el arte genera cohesión social y que la apariencia y el buen cuidado del espacio público generan pertenencia, orgullo colectivo y unidad.
*Imágenes: 1 y 3) Sofía Jaramillo