Existe una axioma viejo que dicta que el veneno es el antídoto. Hablando de hongos, es bien sabido que existen diversas especies que resultan venenosas o al menos tóxicas. En México, un país de una tradición herbolaria milenaria, el reino fungi ha tenido un papel primordial, ello porque aquí se tienen registrados hasta 100 mil hongos –aunque solo unos 3 mil han sido realmente estudiados.
Así, este país, entre los 3 más biodiversos del mundo, es también uno de los más afortunados en el reino de los hongos. Los antiguos nativos lo sabían y para los mayas eran especialmente importantes en su medicina, sobre todo un tipo de ellos que hoy curiosamente es considerado como tóxico por la ciencia: el conocido en su nombre popular como el chamico.
El investigador y divulgador de la cultura maya, Delio Madera Tzab, ha detallado cómo estos eran usados como analgésicos, antirreumáticos, anticancerígenos y demulcentes, entre otras propiedades. Además, advierte que sería positivo volver a considerar sus cualidades medicinales, aprovechando que estás llevan comprobándose desde la antigüedad. Cabe señalar, como lo advierte Madera, que para su uso sí se requiere de ciertos conocimientos especializados.
En el caso de los chamicos, una planta considerada como tóxica por la medicina alópata, en realidad esta era usada con fines medicinales efectivos por los mayas.
Sin duda los hongos tienen que ver con un uso espiritual, desde la antigüedad se cree son un vínculo entre lo terrenal y lo divino, aunque también está comprobado que se han usado y cultivado para curar muchas enfermedades en muchas de las culturales mesoamericanas.
Imágenes: malag.aes.oregonstate.edu
*Actualización: originalmente esta nota mencionaba al chamico como un hongo y en realidad se trata de una planta de la familia de la datura.