Hasta hace unos años habría sonado descabellado, supersticioso, el hablar de "enfermedades metafísicas". Definimos aquí a estas últimas como aquellas que se manifiestan en respuesta a un motivo que va más allá del mundo físico. Sin regresar a una superstición nociva, la ciencia ha ido comprobando que el entorno afecta más de lo que creemos a las personas (como este estudio de la Universidad de Tel Aviv que encontró que el aspecto que más influye en la salud de un individuo en el trabajo es la cordialidad entre sus miembros).
Verdaderamente existen situaciones de estrés que pueden mermar la salud, sí, como las “malas energías” exteriorizadas en actitudes de otros para con nosotros, o incluso de nosotros para con nosotros mismos (estudios muestran también cómo la supresión de emociones contribuye al crecimiento de cáncer).
Sobre este tema, prácticamente todas las etnias indígenas de México atribuyeron un valor esencial a las enfermedades metafísicas, como el “mal del aire”, y entre los mixtecos esta enfermedad tenía una relevancia particular, según información de la Biblioteca Digital de la Medicina Mexicana Tradicional.
Sin el fin de aseverar que exista o no este mal, esta nota es meramente informativa y describimos lo que se ha dicho popularmente por generaciones al respecto:
De acuerdo con la misma fuente, el mal de aire se contrae cuando “las personas caminan por lugares pesados, donde hay maldad; cuando se está en contacto con un difunto, o al pasar por un lugar donde ha sido asesinada alguna persona”. Los lugares “malos” o solitarios se hacen particularmente peligrosos a ciertas horas: las 12 de la noche, por ejemplo. El aire con esas características malignas entra al cuerpo del sujeto que transita por allí y lo enferma. Es un mal considerado como de "intrusión".
Síntomas
Se presentan de improvisto, sin falta aparente.
El enfermo se “siente mal de repente”; le comienza un dolor en forma de punzadas en alguna parte, generalmente en la cabeza y en el cuerpo.
Está débil y con escalofríos.
Sus evacuaciones son espumosas, diarreicas.
Señales
Sobre todo si la diarrea se presenta espuma puede tratarse de esta enfermedad.
Vías de diagnóstico
Es confirmado el diagnóstico como positivo a partir de dos procedimientos:
- El terapeuta palpa con el dedo pulgar en los distintos sitios de pulso del brazo del enfermo, si nota un brinco fuerte y anormal significa que existe mal de aire, pues este se manifiesta en la sangre con un salto inusual.
- Limpia con huevo: el terapeuta pasa el huevo por el cuerpo del paciente por unos cinco minutos; después el huevo se vacía en un vaso con agua, si en la clara aparecen unas formaciones opacas, “como gargajo”, quiere decir que el sujeto tiene un “aire malo”.
Tratamiento
Por ser una enfermedad de intrusión es necesario realizar limpias. Suele tratarse por medio de hierbas directamente “barridas” en la persona pero también que purifiquen el ambiente como la sahumada o la soplada; en ocasiones también acompañada con baños o ingesta de tés, dos métodos muy comunes en la tradición mixteca, por ejemplo.
Limpia con ramo
Se "barre" todo el cuerpo del enfermo con un ramo formado por tallos de plantas olorosas; se inicia por la cabeza y termina en los pies. Para este suelen emplearse: el pirul, albahaca, romero, mirto, ruda, alcanfor, zomiate, tacoyo, hinojo, estafiate y granada; algunos terapeutas rocían mezcal o aguardiente al ramo antes de limpiar al paciente.
Unatada o baño
En una vasija grande son desmenuzados ruda, albahaca, mirto, altamisa, romero, hierba de la bruja, tabaco verde y peonía. Luego se agregan 7 aguas, loción 7 machos, tres o cuatro panecitos de alcanfor, alcohol, gota coral, ingo y nuez moscada. Lo anterior se mezcla muy bien y con ello se limpia al enfermo "de preferencia bajo la sombra de un árbol que se encuentre retirado de la casa".
Suele hacerse inmediatamente después de la limpia con un ramo para que “el humo termine de sacar el mal aire”. También otra manera de hacerla es quemar a los pies del enferme tabaco, copal y un poco de su cabello.
La soplada
Se prepara un líquido que se deja macerar durante quince días con un pedazo de ingo, de nuez moscada, chicle negro, un cachito de barba de viejo (Clematis dioica), un manojito de gota coral un poquito de mostaza y tres cachitos de guaco. El terapeuta toma varios buches del preparado y los sopla sobre el enfermo.
El té
Una de las preparaciones es a partir de polvo de camote y hierba blanca de venado (debe ingerirse durante e tratamiento tres o cuatro días).
Otro preparado es de hierba de agua remojada en aguardiente ( se toman cinco o seis tragos).
Baños de Temazcal o de vapor
Luego de hacerlo deben descansar el enfermo, pues son delicados.
Cómo prevenirlo
Rezar una oración cada vez que se tenga que pasar “por un lugar solitario".
Si se tiene que asistir a un velorio o funeral, se aconseja limpiarse con alguna de las plantas utilizadas en el tratamiento, o fumarse un cigarro “para cortar el mal aire”.