Los géiser son una fuente termal intermitente. Suelen asemejarse a un pequeño cráter a nivel del suelo, de donde salen columnas de vapor u agua caliente en intervalos; en el mundo solo existen unos 1000 activos.
En Puebla, existe un curioso fenómeno geológico, su nombre es Cuexcomate que viene del náhuatl cuexcómatl y significa olla de barro o lugar para guardar. Se cree que este pequeño “cráter” nació como resultado de la poderosa explosión del Popocatépetl en 1064. Sin embargo, otros estudios apuntan a que sus anillos periféricos muestran que podrían tener más de seis mil años.
Durante décadas ha sido llamado el "volcán más pequeño del mundo" aunque es más bien un tipo de géiser apagado, el más grande del mundo (recordemos que la mayoría de los géiser yacen al nivel del suelo) de trece metros de altura y ocho diámetros de “cráter”.
Es también quizá el géiser más especial que existe, pues es al único al que es posible descender. El sitio fue adecuado con unas escaleras a partir de las cuales es posible sumergirse a este hermoso agujero, parecido en estética al Sótano de las Golondrinas de San Luis Potosí.
En su interior se forma una cascada con agua sulfhídrica que viene de los veneros de Chignahuapan, luego estos se entrecruzan con los de la Malinche (que son de agua dulce) y por ello el agua al interior del Cuexcomate es amable en olor.
Se dice que los antiguos cholultecas hacían sacrificios en este lugar. Cuando el Popocatépetl hacía una fuerte erupción, las doncellas elegían ser ofrecidas, este ritual era considerado un gran honor.
Hoy en su interior son organizados incluso conciertos. El Cuexcomate es una de las rarezas más bellas de México. Está localizado a solo unos minutos de la ciudad de Puebla.