El Centro Histórico de la Ciudad de México ha arrojado numerosos vestigios de la cultura mexica gracias a diversas excavaciones. Se encontró, por ejemplo, el altar de cráneos (tzompantli) más grande hasta ahora; también un templo dedicado a Ehécatl, dios del viento, y un enorme juego de pelota. También una antiguo zócalo de 1843.
Como parte de excavaciones que llevan más de 40 años, se ubicó otra de las 205 ofrendas que se han hallado hasta ahora, solo que esta es muy espectacular. Esta ofrenda fue dirigida a Huitzilopochtli, dios del Sol y la guerra, y que se representaba con un lobo. La ofrenda, precisamente, consta de los restos de un lobo de unos 8 meses que fue ataviado con hermosísimas piezas de oro y conchas del Atlántico, las joyas más finas encontradas hasta ahora, según investigadores.
Para el arqueólogo Leonardo López Luján:
Estas son, sin lugar a dudas, las piezas más grandes y más refinadas descubiertas hasta ahora. (…)La calidad y cantidad de los ornamentos es muy poco común e incluye 22 piezas completas, entre ellas pendientes, una argolla nasal y un pectoral en forma de disco, todos fabricados con delgadas láminas del metal dorado.
La magnífica ofrenda fue descubierta en abril cerca de la escalinata del Templo Mayor (el cual medía lo que un edificio de 15 pisos actual). Según las investigaciones fue dispuesta durante el reinado de Ahuitzotl (1486-1502), el rey más brutal y temido, su reinado llegó hasta el sur de Guatemala.
Una demolición de 2 edificios hizo posible este descubrimiento, y según los estudios, en 1900 la instalación de una tubería dañó la bóveda, pero los trabajadores nunca repararon en lo que podría hallarse ahí dentro.
Para los mexicas, este tipo de ofrendas tenían la encomienda de hacer tributo a Huitzilopochtli, y eran fundamentales, ya que era él quien ayudaba a los guerreros caídos a cruzar el peligroso río en el camino al inframundo.
*Imágenes: Reuters