Ningún país del mundo está tan social, económica y culturalmente ligado al maíz como México. Prácticamente toda cultura prehispánica tiene mitos asociados al maíz. Los antiguos mexicanos le estaban muy agradecidos, conocían la importancia de este cereal para su sustento y nutrición, y lo honraban de múltiples maneras. Este agradecimiento era más que merecido por el maíz: ¿sabías que la simple mezcla de maíz, frijol y calabaza te otorga los elementos necesarios para llevar una vida sana? ¿o que hasta 250 mil habitantes de Tenochtitlán se mantenían sanos básicamente a partir de maíz y nopal?
Para clasificar las variaciones del maíz que fueron sumándose luego de la domesticación del teocintle (recordemos que el maíz no existe como tal en la naturaleza, pues procede de la domesticación de esta gramínea) se han nombrado grupos conocidos como razas (cada raza se nombra a partir de distintas características fenotípicas).
En América Latina se han descrito cerca de 220 razas de maíz (Goodman y McK. Bird. 1977), de las cuales 64 (29%) se han identificado como mexicanas (Anderson 1946, Welhausen et. Al. 1952, Hernández y Alanís 1970, Ortega 1986, Sánchez 1989, Sánchez et. Al. 2000).
En ningún otro país es tan grande la variedad de maíces como en México; en un estudio realizado aquí, en 1943, por la Fundación Rockefeller, se encontró, por ejemplo, que existen razas primitivas en otros países como Perú. Sin embargo, ahí estas son una especie de reliquia, mientras que en México continúan usándose en la cotidianidad.
La gran diversidad de razas según este estudio se debe principalmente a estos tres motivos:
- En México continúan existiendo razas primitivas.
- En diversos momentos de la historia se han registrados variedades exóticas de países del sur.
- El teocintle, del cual viene el maíz, se ha mezclado también de forma natural (mediante polinización).
Cabe referir que cada raza puede abarcar numerosas variantes diferenciadas en formas de mazorca, color y textura de grano, adaptaciones y diversidad genética.
Según un estudio de la CONABIO "De las 64 razas que se reportan para México, 59 se pueden considerar nativas y 5 que fueron descritas inicialmente en otras regiones (Cubano Amarillo, del Caribe, y cuatro razas de Guatemala -Nal Tel de Altura, Serrano, Negro de Chimaltenango y Quicheño), pero que también se han colectado o reportado en el país."
Cada día la variedad de maíz aumenta, primero por la polinización natural, y también porque es una usanza milenaria el que los agricultores año con año mantengan, intercambien y experimenten con semilla propia o de otros vecinos de la misma localidad o de regiones distantes.
El mexicano desde tiempos milenarios ha experimentado con el maíz. De algún modo ha hecho biotecnología desde siempre aunque no podría hablarse de transgenia como la que actualmente se busca por grandes corporaciones, pues jamás fueron inyectados genes de especies ajenas a estas familias.
El siguiente cartel de la CONABIO se ha vuelto muy popular por su capacidad de síntesis y sus cualidades estéticas: es una manera de honrar la diversidad del maíz, ilustrándola y evidenciando un motivo de orgullo para todos los mexicanos.
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