Que la Flor de Noche Buena se haya convertido en un icono de la navidad alrededor del mundo no es fortuito. Por un lado tenemos su geometría, que curiosamente memora a la de un copo de nieve o una estrella, por otro, esta flor endémica de México tiene su ápice de florecimiento el 24 de diciembre en este país.
Los mexicas la llamaban Cuetlaxóchitl (flor que se marchita), y era un precioso símbolo, por su carmesí intenso, de la sangre de los sacrificios que se ofrendaban en honor al sol, para que este retomara su brío. Siendo que en el mes de diciembre es cuando el sol llega a su máxima ausencia, y en el solsticio, el 21, es cuando vuelve a aparecer con cada vez más fuerza haciendo más largos los días, en la cultura prehispánica esta flor tomó un simbolismo crucial en estas mismas fechas.
Historia
El nombre en náhuatl de esta flor, Cuetlaxóchitl, es el mismo que el de la primera reina de Azcapotzalco. Su uso en la cultura occidental comenzó cuando los conquistadores, por el hecho de que florea el 24 de diciembre, la llamaron Noche Buena.
Su incorporación más notable se dio cuando un grupo de franciscanos en el siglo XVII recolectaron esta flor en los campos aledaños a Taxco, Guerrero, donde crecían de manera silvestre. Con estas flores enmarcaron una procesión navideña en la Fiesta del Santo Pesebre y a partir de ese día se inició con esta tradición que hasta hoy se mantiene.
Desde entonces, muy de la mano de la religión católica, la Noche Buena fue usándose como ornamento de iglesias, pastorelas, interiores de casas, todo en vísperas navideñas.
Entre 1825 y 1820 un diplomático estadounidense, Joel Robert Poinsett, quedó maravillado con la Noche Buena, capaz de florear en crudos inviernos; la conoció justamente en Taxco, donde estaba más difundido y apreciado su uso. Entonces la llevó a Greenville, Carolina del Sur, y comenzó a cultivarla él mismo; también envió muestras a conocidos suyos horticultores en Estados Unidos y Europa, donde se le conoce como poinsettias.
Otro punto culminante en la propagación de la admiración por esta flor se dio en 1899, cuando la Vasílica de San Pedro del Vaticano fue adornada con Cuetlaxóchitl, justo en la Noche Buena.
Hoy esta flor es una alusión navideña en todo el mundo. Su hibridación ha conseguido numerosos colores (rojas, amarillas, moradas, rosas, blancas, así como rayadas y marmoleadas) y tipos (hoy existen más de 100), y es cultivada en lugares como México, naturalmente, Francia y Holanda.
Diversidad de nombres
Chiapas: Sijoyo
Durango: Catalina
Guerreo, Michoacán, Veracruz e Hidalgo: Flor de Pascua
Oaxaca: Flor de Santa Catarina
Centroamérica: Corona de los Andes
Venezuela: Flor de Navidad
Argentina: Estrella Federal (es la flor nacional; símbolo de cuando las fuerzas federalistas ganaron).
Cómo cuidar una Noche Buena
Pon la planta en un lugar soleado y ventilado, aunque no bajo la luz directa del sol y lejos de corrientes de aire.
Riégala después de comprarla, y un par de veces por semana manteniéndola únicamente húmeda, no mojada (evita inundar la maceta).
Si las hojas van poniéndose amarillas, es señal de falta de hidrógeno o luz, aunque lo más común es que les esté haciendo falta agua.
Conoce la leyenda de su nacimiento, acá.
*Imagen: posta.com.mx