Alrededor del mundo se habla de la magnificencia de monolitos como el Peñón de Gibraltar, en la entrada al Mar Mediterráneo, o del Pan de Azúcar, a las orillas de Rio de Janeiro. Pero muchos desconocen algunas de las maravillas naturales que México comparte.
Resulta sorprendente que pocos sepan que México tiene el tercer monolito más grande del mundo, después de los dos ya mencionados. La Peña de Bernal, testigo de nuestra historia y puerta de entrada a la Sierra Gorda de Querétaro, es una gigantesca piedra con 288 metros de altura y a la cual se le calcula una existencia de más de 10 millones de años. Se ubica en el municipio de Ezequiel Montes, en el estado de Querétaro, a unos minutos de la ciudad de la capital de ese estado y a solo un par de horas de la Ciudad de México.
A los pies de la Peña de Bernal se encuentra un pequeño pero pintoresco pueblo, San Sebastián Bernal o simplemente Bernal, cuya fundación data de mediados del siglo XVII y hoy es catalogado como "Pueblo Mágico" por la Secretaría de Turismo. Originalmente Bernal fue un asentamiento chichimeca, hasta que un grupo de familias españolas los expulsaron para establecerse ahí.
La Peña de Bernal es un sitio turístico reconocido en la zona, y su cercanía a Querétaro y San Juan del Rio lo hacen un lugar visitado por pobladores de la región. Sin embargo, muchos habitantes de la Ciudad de México desconocen su existencia, a pesar de su cercanía. El pueblo de Bernal ofrece una estancia cómoda, sus pequeñas calles y sus cuidadas casas lo hacen un espléndido lugar caminar y visitar las edificaciones del siglo XVIII, como la capilla de las Ánimas, el Templo de San Sebastián Mártir o la Capilla de la Santa Cruz. Una indiscutible maravilla es también su comida tradicional, probar sus dulces de ate, la variedad de dulces de leche, comprar piñones frescos en las calles o artesanía local. Además, para muchos Bernal ofrece la posibilidad de admirar una increíble variedad de minerales como cuarzos, obsidiana, rosa del desierto, o de piedras semi-preciosas recolectadas en las minas y las zonas desérticas de la región.
El reto para todo turista es, evidentemente, subir la Peña, lo cual requiere más que un gran esfuerzo físico, las ganas de hacer una buena caminata y admirar el valle desde la alturas. Por cierto, Bernal se encuentra en lo que se conoce como la "ruta del queso y el vino" del estado, ya que la zona es adecuada para la producción vitivinícola e importantes productores se encuentran en la zona. Así pues, si quieres visitar otra maravilla que México tiene para ofrecer al mundo, ahí esta La Peña de Bernal, esperándote, imperturbable.
* Imágenes: 2 y 3) Juan Manuel Ortega