El desierto puede ser visto como estéril, pero es una mentira. Más allá de las grietas que su tierra abre, la vida salvaje y su tiempo circula. Pronto, la soledad con la que se creía ver los desiertos se desvanece y su visión como un espacio donde el polvo es sinónimo de muerte, ahora se vuelve la reencarnación del color. Así es el trabajo de la artista española Lola Guerrera, quien con la ayuda de las Residencias Artísticas para artistas iberoamericanos en México, realizó su proyecto Nebula Humilis.
La premisa de Nebula Humilis puede parecer sencilla. Se trata de liberar bombas de color en medio del desierto –teniendo como escenario diversos desiertos del norte de México–. Prácticamente, estas son señales de humo que se liberan en la intemperie y llenan de brillo el ambiente. Aunque, en realidad, revelan los colores misteriosos del desierto. Sólo de esta manera, el espectador es capaz de ver la belleza del desierto mexicano, el arte del minimalismo de su tierra.
El concepto de liberar bombas de humo también sirve para mostrar las fuerzas de la naturaleza. El uso de vívida pintura realza el carácter peligroso e impredecible, tanto de la fauna como los espacios donde habitan. Paradójicamente, el uso de este recurso también resalta la vulnerabilidad de la naturaleza y como esta puede ser alterada tan fácilmente por el ser humano. Aún así, la serie de fotografías de Lola Guerrera muestran algo irrefutable, la belleza del desierto y sus explosivos colores.