La poesía es un acto de resistencia. Y aunque pocas veces la describimos así, tal vez "resistirse" sea su labor principal. Contrariando la estructura y el sentido cotidianos del lenguaje, por ejemplo, cuestiona lo establecido. Imaginando mundos imposibles, plantea nuevos caminos para el "mundo real".
Por esas cualidades, la poesía es un medio donde preciosamente manifiestan resistencia algunas comunidades indígenas, pues, como explica la lingüista mixe Yásnaya Elena: tratar de imaginar escenarios radicales es una especie de resistencia narrativa.
¿Y a qué se resisten esas comunidades? En gran medida su lucha es por la de mantenerse vivos sin dejar de experimentar el mundo bajo sus propios términos culturales. Por otro lado, la historia mexicana ha fabricado enormes estructuras sociales que obligan a los pueblos indígenas a quedar en segundo plano.
Las consecuencias se manifiestan en la pérdida de territorios, diversidad humana, cultural, artística y lingüística. Resistir es vital. Y, del otro lado, empaparse de estas manifestaciones también es muy importante.
No solo porque hacerlo implica aprender sobre mundos que desconocemos, sino porque permitirle la entrada a nuestro mundo personal a las formas de vida de otros significa validar su lucha y compartir el peso de la misma.
Si escuchamos, las resistencias mutan: dejan de ser "transgresiones" y se aceptan como formas valiosas de ser. Dice Yásnaya Elena: "En un mundo ideal la resistencia no existe porque no existen las opresiones que la motiven. En un mundo ideal nunca existieron. Tratamos de imaginarlo, detalladamente. "
Así, te compartimos 3 conmovedores poemas contemporáneos que celebran la resistencia de las comunidades indígenas. Todos fueron publicados en la Revista de la Universidad, en la edición de abril 2019. Consulta la publicación completa aquí.
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Cómo ser un buen salvaje
Escrito originalmente en zoque por Mikeas Sánchez
Mi abuelo Simón quiso ser un buen salvaje,
aprendió castilla
y el nombre de todos los santos.
Danzó frente al templo
y recibió el bautismo con una sonrisa.
Mi abuelo tenía la fuerza del Rayo Rojo
y su nagual era un tigre.
Mi abuelo era un poeta
que curaba con las palabras.
Pero él quiso ser un buen salvaje,
aprendió a usar la cuchara,
y admiró la electricidad.
Mi abuelo era un chamán poderoso
que conocía el lenguaje de los dioses.
Pero él quiso ser un buen salvaje,
aunque nunca lo consiguió.
Escúchalo en su idioma original:
Ensueño
Escrito originalmente en chontal por Auldárico Hernández
Niño
hermanito Jaguar
casta
espíritu
de mística indomable
tu fuerza será de la tierra
el sol
el agua
el aire
y el fuego emergen de tu pecho
de tus ojos y de tus manos
El poderío de tu alma
viene de las estrellas
donde habita la fábula
de tus primeros sueños
duerme
duerme
duerme con el vuelo de las garzas
con el silencio de la selva
con el arrullo que nos dan los ríos
eleva tu sueño en las nubes
y desde los picachos de las cumbres
detente y mira a tus hermanos
Niño
hermanito Jaguar
ya es hora que despiertes
aquí los tambores y tuncules
están llamando
ven con el colibrí
viajarás en los pueblos
y hallarás en cada hermano
una mirada de tristeza
sumido en el insomnio
de una derrota ancestral
Tú ya no bajes la mirada
despierta…
despierta…
únete a las olas
únete al viento
elévate con las águilas
habla con otros jaguares
toma el hacha
el machete
haz con ellos la libertad
de tus hermanos
pide con ello
tu Justicia
mi Justicia
nuestra Justicia…
Lee el poema en su lengua original aquí.
Nos suspendieron
Escrito originalmente en tsotsil por Andrés López Díaz
Nos suspendieron en el tiempo,
suspendieron el ciclo de nuestra vida,
nos crecieron la noche, tétrica y fría,
nos cubrieron de polvo los ojos y el alma,
nos cortaron los diez dedos de las manos,
y los diez dedos de los pies.
Nos suspendimos en el vacío,
en las cuevas ocultas,
en los escombros de la guerra,
en las piedras edificadas.
Nos suspendimos en el salvajismo,
en las oraciones a los santos,
en los ojos de los sacerdotes,
en el discurso de los gobernantes,
en las armas de la esclavitud.
Nos suspendieron en la historia.
Sin materia, sin deseo, sin alivio.
Suspendidos estamos en las hojas del sueño,
en el aroma de flores que muerden corazones,
en la esencia de la oscuridad silenciosa.
Nos suspendieron en el día olvidado del amor:
una tormenta de dioses extraños
invadió nuestra viva visión del universo,
un veneno invadió nuestra sustancia.
Nos suspendieron
como polvo en el espacio:
diminutos y separados volamos en el vacío
como humo sin cuerpo,
insignificantes, fríos y callados.
¿Unirán su estrella al jaguar
con el fuego de nuestra sangre
o seguirán muertos nuestros ojos en esta tierra?
¿O seguiremos suspendidos sin más tiempo
que el pasado sin presencia?
Escúchalo en su idioma original:
*Imagen destacada: Tlacolulokos/Mural.