En el siglo XIX México había pasado ya por la Guerra de Independencia y se ajustaba un periodo de paz. Y aunque fue un siglo con numerosos ajustes sociales y políticos, ofreció cierta estabilidad a los mexicanos (quienes por primera vez se asumían como tales), y propulsó el renacimiento de una economía pujante, que iba transformándose en nuevas haciendas que ejercían su producción sin el yugo de la colonia española (aunque seguía concentrada la riqueza entre los criollos).
En Zacatecas, en el siglo XIX, un paisaje rural iba tornándose en un sitio de producción de maíz, frijol trigo, además de su vocación minera. En este auge de mediados de siglo se erigió la hacienda de San Juan de Trancoso (la cual, luego hiciera famosa el pintor Francisco Goitia). Así, el lugar fue haciéndose popular regionalmente cuando se levantaron como parte de la hacienda 22 silos, inmensos conos para resguardar el maíz, frijol y trigo. Su forma poco usual irrumpe con el paisaje de una manera atrevida y hermosa hasta hoy: su nombre son "Los Conos de Santa Mónica".
Luego de la pintura de Goitia los silos se hicieron tan conocidos que a mediados del siglo XX una compañía estadounidense instaló uno de los más sugerentes y alternativos hoteles de la época, y justamente, estos silos fueron las habitaciones. El proyecto no fue un éxito, realmente, así que volvieron a caer en el olvido.
Hoy se encuentran cerrados, pero son motivo de turismo y asombro en todo el mundo por su peculiaridad entre el paisaje rural zacatecano.
¿Cómo llegar?
Se encuentran en el el pueblo de Santa Mónica, a solo 20 km al este de la ciudad de Zacatecas por la carretera Guadalupe-Trancoso.