En el México prehispánico existía el valor del erotismo, aunque es bien sabido que los matrimonios solían ser arreglos de los padres, más con un fin social que de amor romántico, como ahora lo conocemos.
Sin embargo, aunque la idea predominante del amor no era romántica pareciera que pese a la cultura con la que se experimenta la vida este siempre se manifiesta. Quizá aquello de dos personas que quedan convencidas de la idea de compartir sus vidas es simplemente inevitable.
En las culturas prehispánicas las leyendas románticas son usuales, asomándose como la inevitabilidad del amor entre dos.
Acá algunos ejemplos:
La leyenda zapoteca de Donají y Nucano
Hubo un tiempo en que en Oaxaca, los pueblos mixteco y zapoteco en enemigos se convirtieron luego de haber vencido juntos a los mexicas. En el enfrentamiento el guerrero mixteco Nucano fue hecho prisionero por los zapotecos. Mientras era prisionero la princesa zapoteca Donají le descubrió, le cuidó, se enamoro de él y le liberó. Cuando este estuvo libre pidió a su pueblo terminar con la guerra pero este exigía a la princesa Donají como garantía de paz.
Descubriendo su plan pacificador, los mixtecos decidieron vengarse sacrificando a la princesa cerca del río Atoyac, lugar donde fue sepultada. Se dice que cuando Nucano la encontró su cuerpo estaba fresco, sin putrefacción, y de su cabeza un lirio silvestre nacía, el gran símbolo del pueblo zapoteco.
La Mujer Dormida y el Popo
Una de las formaciones geológicas más importantes del valle de México, tanto el volcán Popocatépetl como la enorme y hermosa montaña conocida como La Mujer Dormida, son el resultado de una de las historias de amor mexicas más importantes.
Cuenta la leyenda que el padre de la bellísima princesa Iztaccíhuatl convenció al guerrero Popoca de ir la guerra con la promesa de reencontrarse con su amada. Popo amaba a Iztaccíhuatl enormemente y ella a él también.
Cuando Popoca estaba lejos la princesa recibió la noticia de que su amado había muerto y ella luego murió de pena cubierta de nieve, formando la montaña de La Mujer Dormida. Cuando Popo volvió, al enterarse de la muerte de Iztaccíhuatl, subió al pináculo de Templo y ofreció a ambos como ofrenda a los dioses; entonces se volvieron inmortales en estas formaciones geológicas. Popo en volcán fue convertido, arrojando su furia con las explosiones por su fatídico destino.
La hermosa Cascada de Basaseachi
Ubicada en la Sierra Tarahumara. Esta cascada es de las más elegantes, finas, delicadas y altas de México. Cuenta la historia que Candameña, amo y señor de las tierras de la Alta Tarahumara tenía una hija de extraordinaria belleza, Basaseachi. Candameña era un padre muy celoso y a los pretendientes les impuso una serie de pruebas para que alguno pudiese casarse con su hija. Basaseachi esperaba ansiosamente al ganador, y se cree, seguramente, amaba a alguno de ellos.
4 pasaron la prueba: Tónachi, señor de las cimas, Pamachi; el de más allá de las barrancas. Areponápuchi, de los verdes valles, y Carichí: de las filigranas de la cara al viento. En la última prueba impuesta por Candameña los 4 murieron. Entonces Basaseachi desesperada se arrojó de una barranca, y por la magia de un brujo su cuerpo quedó convertido en el flujo incesante del fino hilo de agua que cae de esta cascada, para que su presencia nunca se desvaneciera…
*Imágenes: 1)serunserdeluz.files.wordpress.com, 2)farm7.staticflickr.com, 4)Archivo MasdeMx