Los ajolotes son uno de los más dignos y hermosos íconos de la mexicanidad.
Sutiles, tersos, con una mirada encantadora que —como dijo alguna vez Julio Cortázar— delata su origen a primera vista; siempre niños (pues mantienen permanentemente su forma larvaria y así pueden reproducirse); pero, sobre todas las cosas, los ajolotes son profundamente resilientes. El "Ambystoma mexicanum" es capaz de regenerar sus extremidades, órganos, mandíbula y hasta algunas partes de su cerebro.
Sin embargo están en peligro de extinción. Su hábitat, el lago de Xochimilco de donde son originarios, tiene áreas profundamente contaminadas y especies introducidas de forma artificial, como las carpas y las tilapias, se comen a los ajolotes. Además, sus excepcionales cualidades los hacen blanco de la pesca y el tráfico ilegal.
Así, la población silvestre de ajolotes ha disminuido muchísimo. Según el grupo de investigación "Refugio Chinampa" conformado por académicos de la UNAM en 1999 había 6 mil ejemplares por metro cúbico las aguas de Xochimilco y a finales de 2014, solo había 36.
Afortunadamente, muchos amantes de la naturaleza mexicana y apasionados del ajolote de Xochimilco están haciendo todo lo posible para salvarlo. Y entre estos esfuerzos —que hay que celebrar y apoyar— destacan dos increíbles impulsados por mujeres mexicanas.
Axolotitlán: refugio para aprender todo sobre los ajolotes
Pamela Valencia es la fundadora de Axolotitlán, refugio que resguarda a 15 ajolotes y que se abre al público para compartir el amor y la conciencia sobre la especie endémica. Además de las visitas guiadas al refugio, el equipo de Axolotitlán, ofrece recorridos bioculturales.
Las primeras duran 30 minutos y se hacen los domingos: en ellos puedes conocer y convivir con los ajolotes que habitan el refugio. Los segundos se tratan de explorar la zona protegida de Xochimilco y entender la importancia del auténtico natural de los ajolotes. La visita incluye una vuelta por la zona chinampera, donde se puede interactuar con los agricultores locales y hasta comprar productos de la chinampa.
A través de estas inolvidables experiencias será muy fácil sensibilizarte (y también a tus amigos, familia y especialmente a los más pequeños) sobre esta causa y asistir es la única forma de apoyarla.
¿Te interesa?
El refugio "Axolotitlán" está en Francisco Javier Mina 46, colonia Del Carmen, Coyoacán, CDMX. Las visitas guiadas son todos los domingos de 10:00 a 15:00 horas en el refugio. Estas cuestan $50 pesos. Los recorridos bioculturales van variando sus fechas, pero comienzan a las 9:00 horas. Revisa cuándo es el siguiente aquí. Los recorridos cuestan $450 pesos para adultos y $250 para niños, incluye recorrido en trajinera, guía, degustación gastronómica y un souvenir.
Para reservar y obtener más información escribe a contacto@axolotitlan.mx
Ajolotario Cuemanco: un colectivo que está haciendo la diferencia
Las hermanas Martha y Claudia Juárez, acompañadas por sus amigas y compañeras Nancy López y Nayeli Cortés, son responsables del Ajolotario Cuemanco. El colectivo lleva 4 años salvando ajolotes de la contaminación y la caza.
Actualmente cuidan con muchísima delicadeza y cariño a 90 ejemplares; algunos de ellos fueron rescatados de las áreas contaminadas del lago, otros nacieron en cautiverio y unos más fueron donados por personas que los encontraron en mercados y los compraron para salvarlos (aunque ellas explican que lo mejor es denunciar la venta ilegal y no hacer crecer el negocio).
Llevar el ajolotario ha probado ser un reto enorme. Hay muchos problemas para conseguir agua, enfrentar el mal clima y hasta sobreponerse a la falta de apoyo de la comunidad que las rodea. Además, los ajolotes son sumamente dedicados y hay que saber cuidarlos bien. Por eso Claudia se capacitó en el Centro de Investigaciones Biológicas y Acuicolas de Cuemanco de la UAM y reciben constantemente visitas de biólogos que revisan a los "refugiados".
Las chicas involucradas se toman el trabajo muy en serio y evidentemente guardan una conexión identitaria muy profunda con estos enigmáticos animales. Como Claudia declaró elocuentemente para El Universal: "así como los ajolotes, cada día nosotros nos regeneramos, no de manera física, pero sí emocionalmente, ambos podemos superarnos."
¿Quieres apoyarlas?
El espacio está ensamblado para recibir visitantes y enseñarles todo sobre los ajolotes de Xochimilco. Para ellas estas excursiones son vitales, pues con lo que recaudan cubren gastos de alimento, peceras, medicinas, entre otros. Además de convivir con los ajolotes, puedes visitar la chinampa, recorrer los canales y comprar una linda artesanía, hortalizas y flores (cultivadas ahí mismo). Entérate aquí de todas las actividades que este colectivo realiza.