Sin duda las noticias sobre el universo son en igual medida intrigantes y vertiginosas. Es absolutamente fantástico pensar que algunas de las primeras galaxias se formaron hace más de 13 mil millones de años, como acaba de demostrar Carlos Frenk Mora, científico de la UNAM y reconocido astrofísico mexicano.
Solo el aparatoso número (¡13 mil millones!) nos parece inimaginable y sugiere distancias que nos hacen ver ínfimos: nuestras edades parecen apenas instantes. Sin embargo, estar cada vez más cerca del origen del espacio que habitamos (en gran escala) es realmente apasionante o, en palabras de Frenk Mora:
"Encontrar algunas de las primeras galaxias que se formaron en nuestro universo orbitando en el patio trasero de la Vía Láctea es el equivalente astronómico a encontrar los restos de los primeros humanos que habitaron la Tierra. Es muy emocionante."
Y aunque lo que encontró (edades de las galaxias ancestrales Segue-1, Bootes I, Tucana II y Ursa Major I) no fue en absoluto accidental, sino un proceso investigativo fundamentado en el modelo contemporáneo que explica la evolución del universo (Lambda de materia oscura-fría) sí implicó tomar un pequeño riesgo. Resulta que las galaxias estudiadas son pequeñas y se consideran "satélites" de otras más grandes, como la Vía Láctea y Andrómeda, por ello habían sido ignoradas por otros investigadores; pero Frenk Mora y su equipo no dudaron en explorar lo que ahora llaman "un nuevo tesoro para aprender del universo primitivo".
Y es que hasta para el espacio —la extensión donde se posiciona la materia que conforma todo lo que conocemos y sospechamos— parece haber una historia relativamente rastreable, a través de los indicios y pistas que van dejando las estrellas, galaxias y, en mínima escala, los científicos como Frenk Mora que obsesivamente las observan.
El descubrimiento es realmente impresionante y nos deja un paso más cerca de comprender al universo y, también, aunque de forma incidental, nos regala una rica lección de humildad. Nuestra materia y nuestro tiempo son solo un suspiro comparado con el tiempo y materia de las estrellas y las galaxias; ojalá hagamos de ese suspiro algo auténticamente brillante.
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*Imágenes: 1 y 3) Creative Commons; 2) Aristegui Noticias.