La muerte es un camino misterioso que los vivos recorremos constantemente. Y aunque nunca en "carne propia", sí como un comprometedor ejercicio de visualización. De formas muy diversas y espectaculares le rendimos culto al fin de la vida, y esta se transforma en una región más de la existencia, donde infinitamente habitan "los que ya se fueron".
Y, mientras que para algunos es reprochable ser "ostentoso" en los ritos mortuorios, en México es una característica fundamental de las tradiciones ligadas a la muerte y —posiblemente— una forma de sublimar el dolor que esta provoca. Por eso no nos extrañan los ornamentos casi barrocos que ensamblan las tumbas en algunos panteones.
Por otro lado, en el antiguo Panteón de Oriente en el municipio de Durango, la enorme concentración de exquisitas piezas de arte funerario no deja de provocarnos sorpresa y una intriga particular. Las más de 300 esculturas de cantera que se pueden encontrar en este sitio pertenecen al mismo artista: Benigno Montoya, un constructor, escultor y pintor mexicano que nació en Zacatecas en 1865.
Su producción dedicada a las muertes ajenas es tan espectacular y cuantiosa que, además de panteón, el recinto también se llama Museo de Arte Funerario “Benigno Montoya Muñoz” y sin duda es una genial rareza mexicana que hay que visitar.
Como si fuera una batalla contra la mortalidad, Montoya fue verdaderamente prolífico y trabajó en generar intrincadas figuras de ángeles, cristos, palomas y dolientes (muy respetuosas, por cierto, de la estética de su época: el Porfiriato).
Se afirma que los ángeles eran el tipo de escultura más popular porque los rostros estaban inspirados en los de los muertos enterrado debajo. Todas las esculturas juntas conforman una escena excepcional que —aunque no deje de ser conmovedora— tampoco puede evitar emanar misterio y hasta rayar en lo kitsch.
Aunque nuestro trato a la muerte siempre emana misterio y, en el mejor de los sentidos es bastante kitsch. Mírese a Benigno Montoya, quien, paradójicamente, hoy posee una tumba "libre de ornamentos"; pero su figura nos provoca gran curiosidad hasta el día de hoy por haber fundado (tal vez sin quererlo) un museo de sí mismo del tamaño de un panteón.
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El panteón se encuentra en Prol. Pino Suárez s/n, Col del Maestro, 34270 Durango, Dgo. Está abierto todos los días de 9:00 AM a 6:00 PM y puedes pedir visitas guiadas al teléfono 01 618 818 4842.