La historia de la Conquista de México sin duda se merece un tratamiento épico.
No solo porque es uno de los momentos clave de nuestra narrativa cultural; también porque las consecuencias de este proceso aún se encuentran activas y —para bien y para mal— el hecho de haber sido conquistados aún define nuestras relaciones internas, nuestro tejido identitario y la forma en que nos conectamos con el mundo entero.
A los mexicanos nos urge reconectar con esta historia y entenderla como un contexto amplio que aún nos afecta. Y el mundo también necesita escucharla, porque es una de las grandes narraciones de la humanidad. Y este es el propósito de "Aztec Empire" una novela gráfica escrita por Paul Guigan e ilustrada por David Hahn, ambos estadounidenses.
Su intención es relatar, de la manera más fiel posible, la dramática caída del imperio azteca. A los creadores les parece que esta particular historia —sobre dos grupos humanos que simplemente no podrían haber sospechado la existencia de los otros y se encuentran, mostrándose mundos absolutamente distintos y luchando por imponer el propio— es absolutamente surreal y espectacular y no necesita añadiduras ficticias.
Sin embargo, mantener la autenticidad ha probado ser un reto enorme. Cada detalle de la narrativa debe ser justificado en una amplia bibliografía, aunque la inspiración máxima son los códices que, a su manera, son una suerte de cómic antiguo.
Por otro lado, la visualidad también es muy importante y es así como cada objeto representado (joyas, vestimenta, color de los edificios, utensilios y demás) está basado en documentos, registros y, por supuesto, piezas reales.
Para poder lograr su objetivo, los creadores contaron con el apoyo de diversos investigadores e historiadores mexicanos y de el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
En el camino, se fueron encontrando con datos que cambiaron su percepción sobre esta historia —en términos visuales, pero también históricos. Como comentó Paul Guigan para Verne (El País): "Me sorprendió saber que muchos ‘hechos’ ampliamente aceptados son realmente ficticios. Es un mito que los aztecas pensaban que los españoles eran dioses, por ejemplo."
Por otro lado, después de recibir el comentario de un lector y una referencia documental, Guigan tuvo que volver a dibujar y colorear los cascos de los españoles en más de veinte páginas.
Por otro lado, el cómic no solo se concentra en la crónica, también en examinar y celebrar la complejidad de las culturas involucradas: "La ciudad estaba en medio de un lago, y tenía vastos palacios, templos, jardines y plazas, con un sofisticado sistema de vías y vías fluviales. Las áreas públicas se limpian todos los días y se decoran con pinturas y flores de colores […] Sin embargo, los aztecas también llevaron a cabo rituales sangrientos como parte de su religión. Es un contraste interesante y esencial" explicó.
Por el momento, la novela gráfica solo ha sido presentada en inglés y solo se han publicado los primeros 5 capítulos. La intención de los creadores es pronto poder traducirla al español, al náhuatl y todos los idiomas posibles. Y para lograrlo se están financiando con la venta de algunos productos relacionados y aceptando donaciones.
Por ahora, la atención al detalle no es menos que halagadora y, en ese sentido, vale mucho la pena acercarse a esta novela gráfica. Puedes hacerlo aquí.