Podríamos decir que un país, en su generalidad, es un espacio geográfico con ciertas coincidencias culturales que comparten aquellos que lo habitan. Aquí lo curioso es que dicho espacio no es el protagonista, lo son sus habitantes.
Con más de 112 millones de habitantes México ostenta una diversidad increíble, casi inabarcable. Hasta cierto punto resulta paradójico, aunque aún más fascinante, el hecho de que 68 pueblos indígenas coexistan con una amplia mezcla mestiza, y sin embargo exista un algo que de verdad nos identifica: quizá una manera de ver la vida de forma ligera, cercana al desapego. No, no somos tan diferentes como parecemos, y es tan obvio como cuando en la calle te topas con un extraño y en pocos segundos terminas entablando una conversación.
Un proyecto llamado "México: Historias que Inspiran" reunió, gracias a la contribución de los usuarios, cientos de historias de personas comunes, algunas con casos de éxitos profesionales, otras simplemente de congruencia en la vida cotidiana. Personajes que son como tú y como yo, y que desde su vida "común" nos regalan un respiro para inspirarnos con ellos (y por lo tanto para inspirarte contigo).
Una plataforma digital donde cualquiera podía compartir la historia propia, o de algún conocido, dignas de consideración. El usuario compartía el caso y podía complementarlo con algo de material extra, como un video. Luego de 72 horas se decidía si las historias serían publicadas. Después, los mismos usuarios iban compartiendo en redes sociales sus favoritas; así, este indicador fue útil para los creadores del proyecto con el fin de seleccionar finalmente los ganadores.
Cuando la historia comenzaba a compartirse mucho, entonces eran creados más formalmente videos que sintetizaran ese capítulo inspirador. El objetivo era simplemente inspirarte, verte en un espejo en todas esas personas que son como cada uno de todos.
La convocatoria para subir las historias expiró en noviembre, pero ahora queda para la posteridad este sitio que nos muestra decenas de casos, muchos aparentemente nada espectaculares, pero llenos de un sentido colectivo desde la individualidad grande, que hace de un país lo que es.. Estas historias son abstracciones necesarias para retomar una identidad que intuimos, que se dibuja en cada persona amable cuando simplemente recorrernos una acera.
Algunos de los ejemplos de este proyecto:
Juan Orozco, policía mexicano
Pablo Salas, cocinero mexicano
Joana y Víctor, estudiantes, creadores de Ecomuros