Aunque prácticamente todo mexicano ha disfrutado de su talento en alguna de las más de cincuenta películas que protagonizó, en realidad muchos no terminamos de dimensionar la genialidad y el nivel que tenía Mario Moreno “Cantinflas”. Nacido en el barrio bravo de Tepito (una de las capitales culturales de la Ciudad de México e incluso del país), es considerado como el cómico latinoamericano más famoso de la historia.
La agilidad mental y física de Cantinflas impresionaron incluso a público no hispanoparlante, recordándonos que la buena comedia, sobretodo cuando incluye un discurso gesticular, es en esencia universal. De hecho Charlie Chaplin, el legendario comediante inglés, alguna vez se expresó de Cantinflas de manera contundente: es “el mejor cómico con vida” del momento.
Lily Percy, en un artículo publicado por NPR, advierte sobre la brillante extravagancia que desplegaba el personaje de un vagabundo que manejaba, con hilarante destreza, la esgrima verbal:
En 1940 Cantinflas protagonizó la película Allí Está El Detalle, papel que sería un parteaguas en su carrera. Su personaje, también llamado Cantinflas, hablaba como Groucho Marx pero además mostraba los maniremos físicos de Charlie Chaplin. Probablemente era su dominio de la comedia tanto física como verbal que llevó a Chaplin a designarlo como el mejor cómico vivo.
La repercusión cultural de Cantinflas en México, América Latina y en general en el mundo hispanoparlante fue tal que incluso existe un verbo, oficializado por la Real academia de la Lengua Española, en su honor: “cantinflear”
(1. intr. coloq. Cuba y Méx. Hablar o actuar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada con sustancia).