Cada cuerpo vivo es un espacio y tiene un espacio: se produce en el espacio y produce el espacio.
(Lafevre, 1986)
Mi cuerpo es mi vehículo, mi espacio personal con el que siento, transito, experimento y aprendo en esta vida. Es el territorio que está a mi cargo y donde tengo más poder para cuidar y salvar. Aunque no todo depende de mí, puedo decidir cómo alimentarlo -física, emocional, mental y espiritualmente- y con qué conectarme.
A través de él, puedo percibir otros cuerpos y otros territorios. Como cuando vamos de viaje a visitar lugares diferentes a los que normalmente habitamos y le apostamos a experimentar la vida desde otro cuerpo, otro espacio.
Y así como cuidamos nuestros cuerpos, deberíamos tratar también a los territorios que transitamos; llevando ese cuidado a la siguiente escala espacial. La consecuencia de no hacerlo puede ser el deterioro de espacios bellísimos y ultra relevantes para el mantenimiento de la vida.
Uno de los destinos más visitados por su belleza es Holbox -y esto lo está destruyendo.
Holbox es una isla de barrera de arena ubicada al norte de Quintana Roo. En 1994, se le declaró como parte del Área de Protección de Flora y Fauna de Yum Balam, por su estado de conservación y biodiversidad.
Por otro lado, en el año 2020, Holbox fue reconocida como "la mejor isla" en México y Centroamérica para visitar por los World Travel Awards -los "Oscar" del turismo, según dice esta nota de El Universal.
Nuestros cuerpos están enfermos (y también los territorios)
Holbox es un paraíso, sólo que está enfermo. En las últimas décadas, ha crecido el interés de las personas por invertir en la isla, irse a vivir ahí o ir a conocerla. Esto la ha enfermado. Como lo dijeron en un reportaje hecho por Alejandro Castro para Aristegui Noticias: la alta demanda de servicios turísticos y el acelerado crecimiento poblacional ya reflejan problemáticas ambientales y conflictos sociales en la Isla Holbox.
Al ir, puedes percibir parte de su enfermedad: puedes encontrar calles inundadas, drenajes desbordados; basura tirada por doquier; cambios de uso de suelo de manglares y duna costera a hoteles y construcciones; caza furtiva de especies en periodo de veda; entre otros.
Y lo que ocurre en este sitio es una analogía de lo que también está sucediendo en nuestros cuerpos. Durante la pandemia, hemos visto lo importante que es contar con buena salud, y muchas personas nos hemos preocupado por tener nuestro sistema inmunológico en el mejor estado posible.
Y, así como podemos observar y sentir cuando algo no está bien (cuando no hay salud en nuestro cuerpo), así se puede advertir el malestar en los territorios que habitamos normalmente, o cuando visitamos otros espacios.
Toda esta enfermedad está creciendo en nuestros cuerpos y en nuestros territorios. Pero, a pesar de esto, aún es posible conectarse con sitios bellos, como Holbox; con sus atardeceres que hacen que el tiempo se detenga; la sensación de la arena en los pies; las playas calmas; la visión de los flamencos y las aves migratorias; la cultura holboxeña, llena de alegría durante el carnaval.
Pero si Holbox está "enfermo", eso significa que, potencialmente, podríamos curarlo y mantener viva la preciosa experiencia de transitarlo y hacernos parte de él. Si lo cuidamos como hacemos con nuestro propio cuerpo; tal vez se pueda uno relacionar con este espacio de formas más puras.
Mimetízate con el territorio: Holbox y tú son uno mismo
Adentrarse en un lugar tan rico en biodiversidad como Holbox, invita a mimetizarse con él. En este territorio, la vida produce vida. Es el espacio sagrado donde se reproducen, alimentan y descansan cientos de especies -algunas vienen de lugares muy lejanos.
El sitio es una oportunidad para guardar silencio; experimentar otros sonidos que no sean la propia voz. Es un espacio que convoca a imitarlo; que te llama a ser casi imperceptible, para que los ciclos naturales sigan siendo, mientras tú te dedicas a estar y ser uno con él.
Algunos tips para visitar Holbox
- Siempre elige hospedajes que cuenten con algún programa de ahorro de agua y energía y uno de manejo de residuos.
- No introduzcas y rechaza productos de plásticos de un solo uso: envases desechables, unicel, bolsas de plástico y PET. Está prohibido según lo decretó el gobierno estatal.
- Visita los lugares donde se están ocupando de cuidar este ecosistema frágil, para que te den más información; hacer un voluntariado de un día; adoptar un perrito; una planta; apoyar a la limpieza de Holbox. Algunos los puedes encontrar en Facebook: Holbox Viveroyumil, Refugio Animal Holbox, Manaholchi Holbox, Colectivo Holbox Hoy.
- Respeta la vida; en especial la silvestre. No te acerques ni perturbes. Por ejemplo: hay varios sitios donde puedes observar los flamencos a simple vista. Toma tu distancia y admíralos.
- Te recomendamos mucho realizar recorridos de observación de aves con guía local especializado en naturaleza.
- Si consumes mariscos o te gusta ir a pescar, respeta las temporadas de veda del mero, pulpo, langosta y tiburón. Aquí puedes consultar el calendario.
- Al tomar un tour, busca guías locales especializados en naturaleza.
Este contenido fue producido durante el taller “Redacción para plataformas digitales”, gestionado por Evidencia Estudio y financiado por Climate And Land Use Alliance como parte del proyecto “Comunicación y Territorio”. La iniciativa surge para ofrecer estrategias y herramientas que mejoran la labor de diversos comunicadores emergentes en temas de defensa del territorio, medio ambiente, identidad y género de la Península de Yucatán. Agradecemos profundamente a Más de México el espacio para promover los resultados y por dar lugar a estas voces que son hoy más relevantes que nunca.
Imagen destacada: Daniel González
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