Si los sitios abandonados irradian un atrayente misterio por la historia que sugieren sus ruinas, un espacio abandonado y sumergido en el agua es aún más enigmático. Tal es el caso de la Iglesia de Quechula, en Chiapas, la cual periódicamente se alza de las aguas de un río y se revela al mundo.
El año pasado el nivel de la presa Nezahualcóyotl disminuyó 25 metros, debido a la sequía que afectó al Río Grijalva, y entonces una hermosa y antigua iglesia franciscana emergió. La presa fue construida en 1966 y desde entonces este templo fue cubierto por el agua.
Es una de las iglesias más antiguas de México pues fue construida por la orden de los dominicos en 1564, pocos después de que los españoles se instalaran. Las imágenes de su estructura se han convertido en un deleite para miles de personas que encuentran en este fenómeno una de las manifestaciones más conmovedoras del pasado, una preciosa metáfora que, por cierto, tiene una manifestación similar en Oaxaca, en las aguas de la presa Benito Juárez, en Jalapa del Marqués, de las que también emerge una iglesia dominicana, también del siglo XVI.
*Imagen:laprensa.hn