Sabemos que en México existen prácticamente la totalidad de los ecosistemas. Solemos asociar por ello sus paisajes a estéticas muy disímiles, aunque hay uno de ellos que aparece improbable en el imaginario colectivo: El Nevado de Toluca.
En lo alto del Parque Nacional Nevado de Toluca, que abarca más de 46 mil hectáreas, yace este delicioso espacio, que como una mega cuchara, guarda un cráter apagado de 4,690 metros. Ahí dos lagunas, la del Sol y la de la Luna, dan a esta cavidad un paisaje tan hermoso como alucinante.
Quizá la sensación desolada, y al mismo tiempo viva, incluso consciente, colmada de colores metálicos morados, blancos, plateados y cafés, entre otros, hace que uno verdaderamente sienta que está en un sitio extraplanetario.