México en realidad no es un país asociado comúnmente a paisajes nevados, aunque algunos años ciertos estados, sobre todo del norte, nos regalan deliciosas áreas nevadas.
La Sierra Tarahumara, en Chihuahua, para nuestra fortuna, es uno de ellos. Sus comunidades esparcidas por la sierra, con sus techos triangulares y sus indígenas en resistencia ofrecen imágenes de dignidad y belleza. Sus árboles, mayormente táscates, pinos y encinos cubiertos de blanco arrojan de una luz inesperada en invierno.
Sí, acá la nieve brilla con un fulgor especial, acaso porque no es común verla en México, y porque los relieves de la sierra le dan un contraste importante con sus rocas y árboles: una estética por demás memorable.
Acá una prueba: