Es curioso, estas fotos no tratan el sincretismo religioso que se manifiesta con frecuencia en México, el cual raya entre lo pagano –en el sentido más intrigante y hermoso de la palabra– y lo estético (como los chinelos de Tepoztlán, Morelos, o el baile de los viejitos de Michoacán). Esta serie nos muestra más bien una faceta desconocida de las fiestas en este país, que surgen casi marginales, y van colmadas de excentricidad, un algo de misterio, y por qué no, hasta de un cierto horror.
La artista australiana Oweena Fogarty, quien ya ha expuesto en nuestro país su trabajo y en su doctorado presentó la tesis de ‘La iconografía ritual en el Espiritismo Cruzado", nos muestra ahora una serie de un México colmado de momentos festivos, rituálicos, ataviados, que apenas son visibles.
Se trata de resquicios particularmente exóticos, y vistosos, dentro del vasto andamiaje festivo y tradicional de México. Pero aunque la mayoría de estas representaciones nos son desconocidas a la mayoría, incluso de los mexicanos, también muestran algo que sugiere que bien podrían haber sido registradas en un país como este, donde la frontera entre lo fantástico y lo cotidiano simplemente no existe.
Imágenes: Oweena Fogarty