Los otomíes tenían afición por el maíz tierno que consumían en tortillas o tamales, y fueron buenos y fuertes labradores.
Historia General de las cosas de la Nueva España, Bernardino de Sahagún
La cosmogonía de los otomíes está emparentada enormemente con la naturaleza, y en particular con el maíz. Esta relación es expresada profundamente en la usanza de las tortillas ceremoniales, practicada sobre todo por los otomíes de los municipios de Guanajuato de San Miguel de Allende y Comonfort.
Aunque los otomíes fueron evangelizados, se dice que el suyo, más que una apropiación del catolicismo, fue un reordenamiento de las creencias religiosas, y aunque el catolicismo está presente, en realidad las formas rituales son indígenas. Como ejemplo, las celebraciones de la Santa Cruz coinciden con el ciclo de producción agrícola.
En sus festividades, el ciclo inicia con ceremonias para pedir un buen temporal y termina con los agradecimientos de las cosechas, donde suelen aparecer las tortillas ceremoniales, como ofrenda. Los otomíes están desde niños altamente relacionados con el ciclo del cultivo del maíz (los bebés son llevados al campo para que vayan queriendo a la Tierra), sus relaciones comunitarias están también fuertemente vinculadas a este, las tortillas ceremoniales son una ofrenda, una sagrada, para estas celebraciones.
Adornadas por ilustraciones que dibujan animales, plantas, rituales, naturaleza en general, las tortillas ceremoniales, además de muy elegantes, son un símbolo de identidad.
Cómo se hacen
Las tortillas, a media cocción, son colocadas sobre un molde labrado sobre madera de mezquite con una imagen tallada. Previamente impregnan este sello con un pigmento natural hecho a base del muicle (planta conocida por sus propiedades medicinales y el colorido naranja de sus flores), cochinilla (insecto del cual es posible extraer un fulgurante y hermoso color rojo), entre otros pigmentos.
En la tortilla se imprime el dibujo del molde, y luego vuelve a integrarse al comal para terminar su cocción. La imagen es sagrada y entonces confieren un carácter ritual.
El simbolismo
La imagen que se dibuja a la tortilla, además de otorgale un simbolismo sagrado, es también un importantísimo vehículo de identidad entre la comunidad. Ello por que cada familia tiene sus propios sellos, que tallan en hermosas piezas artísticas. Así, en las celebraciones de todo tipo donde son ofrendadas las tortillas, cada familia está presente en un significado que los conecta como portadores de una tradición milenaria.
Naturaleza viva
Los otomíes conciben a la naturaleza como un ser animado, que siente. Por ello sobre todo los más viejos hablan con el maíz, animales, incluso con las rocas. El agradecimiento y la comunión con la naturaleza son imprescindibles para su identidad. Las tortillas ceremoniales, así, son asimismo un recordatorio de esta unión indisociable de sus propios valores.
*Fuente:
Tortillas Ceremoniales, Ediciones La rana
*Imágenes: 1)viaorganica.org; 4 y 14) Más de Mx; 2,3,5,6,7,8,9,10,11,12 y 13)Tortillas Ceremoniales, Ediciones La rana