La palabra "temazcal", proveniente del náhuatl temazcalli que quiere decir "casa de baño", es un reflejo realmente de una cosmogonía olvidada. Se trata de un baño tan poderoso que incluso generaciones de conquistadores españoles fracasaron en sus intentos de desterrarlo al olvido. Ahora, es una práctica común en México.
De acuerdo con los registros de Sahagún, el temazcal era usado por los indígenas principalmente para fines medicinales pues notaron que aceleraba el proceso curativo. En especial para traumas, huesos rotos, contusiones, problemas cutáneos y de crecimiento, entre otros. Inclusive era usado para prevenir futuras complicaciones durante el embarazo y el parto, y "para la madre poco después de dar a luz para curarse y purificar la leche". Él observó que:
[E]l temazcal era usado para enfermedades, especialmente en fiebres causados por la constipación de poros… y aquellos que han sido lastimados por un animal ponzoños. Es también un remedio efectivo para librarse de humores difíciles. En cuanto más necesario sea el sudor copioso, la persona enferma necesitará sentarse cerca del origen de vapor. […] También se usaba en el tratamiento para las fracturas de hueso, sífilis, lepra, dolores en el pecho y la espalda, contusiones y problemas en el cuello."
Pese a los reiterados esfuerzos de los conquistadores españoles para eliminar esta práctica, el temazcal se fue expandiendo a zonas lejanas del centro gubernamental. Sólo de esta manera, esta práctica se preservó hasta nuestros tiempos. En palabras del Dr. Horacio Rojas Alba, del Instituto Mexicano de Medicinas Tradicionales Tlahuilli A.C., "el renacimiento contemporáneo de este baño apabullante ha comenzado a reforzarse."
En la cultura azteca, la diosa Temazcalteci era la "abuela de los baños", una de las manifestaciones de la diosa Teteoinan, la madre de los dioses o también conocida como "nuestra abuela", la principal diosa de entre las divinidades náhuatl, mixteca, zapoteca y maya. De ese modo, el temazcal estuvo fuertemente ligado con la cosmogonía ancestral: es un microcosmos que reproduce las características del universo –del macrocosmos–. En él se fortalecen todos los elementos de los diferentes ciclos –conocidos como el sol–: tierra, viento, fuego y agua, permitiendo el desarrollo del movimiento constante y la manifestación de la vida.
Gracias a este vínculo ancestral, el temazcal está orientado las cuatro direcciones cósmicas: "el fuego calienta las piedras que están colocadas al este donde nuestro Padre, el sol, el dios llamado Tonatiuh, se levanta; él es la luz o el elemento masculino que viene y fertiliza el útero de la madre tierra –el cuarto del temazcal–, y así es como la vida se concibe. […] La puerta por donde entran y salen los participantes, está hacia el sur, "el camino de la muerte", el cual empieza con el nacimiento y acaba con la muerte, en dirección al camino del Sol. De esta manera, la dualidad actual del pensamiento mexicano se manifiesta. Sólo así son madre y padre, sol y tierra, caliente y frío, así nacemos y, al nacer, empezamos nuestro camino hacia la muerte."
De acuerdo con la cosmogonía azteca, el temazcal es regresar al útero materno, presidido por diosas tan extraordinarias como Tonantzin o Temazcaltoci. Ella, una madre amorosa, preocupada por el bienestar de los niños, los recibe de nuevo en su útero –una manifestación microcósmica– para curar las enfermedades físicas y espirituales.
Era tan expandido su uso, que muchas culturas mesoamericanas le asignaron un nombre distinto. Como lo alude el artículo de Arqueología Mexicana, llamado El Temazcal, el Baño de Vapor Prehispánico:
El temazcalli (del náhuatl: tema, "vapor", y calli, "casa") puede definirse como "casa de baño de vapor". En la zona maya se conocía como zumpulcheé, aunque actualmente se conoce como chuj, en mam; chu, en kanhobalán; tuj, en quiché, y pus, en tzeltal. Los tarascos lo llaman huriguequa; los totonacos, saq, y en Tajín se conoce como xiaca.
A continuación te compartimos las propiedades curativas del temazcal que estudios científicos han demostrado:
– En la piel: Actúa como mecanismo regulador de la temperatura interna del organismo, permitiendo la eliminación de las toxinas acumuladas. En personas que habitan en medios contaminados y sus poros están tapados, el temazcal estimula la renovación de la piel pues favorece la descamación de la capa superficial, activa al mismo tiempo la formación del manto ácido y protege de infecciones cutáneas.
– En el aparato respiratorio. Principalmente para problemas como gripas, bronquitis, asma, sinusitis. Al elevarse la temperatura y combinarse el vapor con el aroma de las plantas medicinales, se produce un destape de las vías respiratorias. Hay un aumento del flujo sanguíneo, expulsando las toxinas acumuladas de los pulmones y bronquios.
– En el sistema circulatorio. El temazcal produce un aumento de circulación sanguínea, dilatando los vasos y facilitando la expulsión de las toxinas y del ácido úrico y colesterol. Por lo que sirve para tratar problemas de enfermedades relacionadas con deficiencias circulatorias.
– En el sistema nervioso. Durante el baño se produce un efecto relajan y estimulante del organismo, por lo que reduce problemas de estrés, insomnio, tensión nerviosa, etcétera.
– En el aparato digestivo. Mejora la actividad intestinal, eliminando los líquidos y grasas para ayudar a adelgazar.
– En el aparato muscular. Mejora la actividad para prevenir problemas de esguinces, golpes, torceduras e inflamaciones.
– Para parto y posparto. Las parteras tradicionales lo usaban como medio preventivo, curativo y la atención del parto. Solían a bañar en el temazcal a las mujeres con plantas medicinales, permitiendo que la matriz se expanda para hacer más fácil la labor del parto: "La ceremonia de temazcal es un momento poderoso en nuestra vida, una oportunidad para reconciliarnos, con nosotros mismos, con todas nuestras relaciones, con la vida, con la salud, la fuerza, con nuestro camino espiritual, detenernos y encontrarnos."
*Imágenes: 1) Wishbird; 2) Camino Jovenzuela