Recibir lecciones de El Santo, un hombre que vapuleaba a las momias de Guanajuato, que peleó y venció a científicos locos, marcianos, mujeres vampiro y otros maléficos seres, y que protagonizó más de 50 películas, no puede ser menos que un honor.
Porque Rodolfo Guzmán Huerta, el hombre detrás de la icónica mascara plateada, no sólo sabía dar buenos golpes a sus enemigos, también emanaba una especie de sabiduría kitsch, que hasta la fecha nos puede servir de guía. El Santo era tenaz, temerario, en el ring pero también inteligente en la vida.
Hoy, que la Red está plagada de consejos, recomendaciones y otras directrices del estilo, parece obligado voltear a ver la ejemplar figura del Santo y escuchar atentamente las lecciones que nos fue dejando a lo largo de su carrera.
Congruencia
Yo debo tener una conducta irreprochable, porque los niños creen en mi. En mis películas siempre los defiendo del mal, siempre hago justicia, arreglo entuertos; en la vida real debo responder a los ideales que vivo en la pantalla; han hecho de mi un ídolo.
La congruencia es una de las virtudes más admirables que alguien puede mostrar. El Santo era un ejemplo en el ring, en la pantalla y en la vida cotidiana, aceptaba la responsabilidad que la admiración del público le imponía, y mantenía una coherencia entre su rol de superhéroe y el de ser humano.
Ser humildes
No soy sino un obrero de la lucha libre.
El Santo tenía bien presentes sus raíces. Nunca olvidó que fue obrero antes de ser una estrella; una humildad de la que tenemos mucho que aprender.
Valorar aquello a lo que te dedicas
Creo que nosotros, los luchadores, a base de nuestro granito de arena, de nuestro esfuerzo cotidiano, hemos hecho del deporte que amamos una cosa más grande.
Con cariño y respeto hablaba del deporte que amaba. Un ejemplo de colaboración y de tenacidad que todos debemos seguir para hacer mejor, para nosotros y para todos, aquello que nos apasiona.
Disciplina y entrega
Antes de ser payaso, el luchador debe ser atleta.
Más allá de la envoltura o, en este caso, el simple “show”, hay que entregarse con disciplina y seriedad a lo que sea que queramos dedicar nuestro tiempo y energía.
Imágenes: 1)paola gonzález 2) zares del universo 3) econsulta
*Fuentes: "El Santo": A dos que tres caídas, de Elena Poniatowska