Del muralismo mexicano conocemos bien las propuestas de Siqueiros y Rivera. Una revolución eminente, ilustrada para la eternidad; pues aún es símbolo vital para las luchas del presente. Pero no hablamos suficiente sobre Vladimir Viktorovich, Vlady, la cara psicodélica del muralismo mexicano.
Para aproximarse a él más nos vale visitar la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, ubicada en pleno centro de la CDMX. Este espacio que resguarda miles de documentos relacionados con temas de economía, finanzas e historia de México (86,350 títulos y 114,852 volúmenes), suele ser ocupado por investigadores y otros transeúntes-eruditos; pero vale la pena entrar para mirar —silenciosamente— a sus más de 2,000 metros cuadrados policromáticos, pintados durante la década de los 70s por el gran Vlady.
La pieza se llama "La Revolución y los Elementos" y comenzó narrando visualmente la "revolución sexual" ligada al pensamiento de Freud; pero, a continuación, el muralista ruso-mexicano decidió explorar otras revoluciones: la de la Bastilla, la de Lenin, la independencia de Estados Unidos, las ocurridas en América Latina, la de Jesús, la de John Lennon. Una capilla Sixtina dedicada a la Revolución; así lo describe la Casa Vlady. Incidentalmente —o tal vez no—, la obra se realizó en lo que fuera la iglesia de San Felipe Neri.
Este mural de Vlady es una revolución en sí mismo
Sin duda el muralista llevó lejos el ejercicio. Colores explosivos, una propuesta visual desmesurada, casi indigerible, pero necesaria. En un género pictórico de referencias ultra-establecidas, "La Revolución y los Elementos" es una refrescada necesaria. En el trabajo Vlady se virtió completamente; se dejó revolucionar. Sobre su proceso declaró:
"Tenía muchas dudas. Me preguntaba: ¿tengo libertad? ¿La estoy usando? ¿No será que hago concesiones? Y además, ¿para quién pinta uno? Para los demás. ¿Cuáles demás? Al final, siempre es para una sola persona. ¿Acaso Leonardo pintó la Gioconda para los miles de turistas que la están viendo ahora? Entonces, ¿para quién voy a pintar yo? Sentía que mi verdadero cometido como pintor era intentar hacer algo que no se había hecho, que no se podía hacer."
Para los intelectuales de la época, la pieza se volvió clave. Se dice que, al visitarla, en medio de la guerra fría, el escritor estadounidense Allen Ginsberg y el poeta Andrei Voznesensky convergieron en la profunda admiración: “¡Y pensar que cuando regrese a la URSS no podré escribir jamás una sola línea sobre lo que he visto aquí!”, dijo Voznesensky.
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¿Quieres visitar el mural de Vlady?
La biblioteca Miguel Lerdo de Tejada está en República de El Salvador 49, Centro Histórico de la CDMX. Abre de lunes a viernes de 9:00 AM a 5.30 PM
*Fuentes:
Centro Vlady: Sobre los murales, sobre la opinión pública acerca de los murales.
Museo virtual de la Biblioteca Lerdo de Tejada, a cargo de la Secretaría de Hacienda