El terror y el caos va más allá de los sueños. Así son las pinturas del jaliciense José Luis López Galván, que hace de sus obras un acto de realidad. La naturaleza de su estilo es indescifrable. Muchas personas han dicho que su técnica rememora a los surrealistas, y si bien el artista tiene entre sus inspiraciones a algunos, expresa que el surrealismo no es una vanguardia a la que se adhiere. La razón reside en que no saca su inspiración del subconsciente.
Tal vez, más allá de una realidad onírica trasladada al lienzo, sus obras son más una especie de fantasía tenebrosa. Sobre todo por su pasión en retratar en cada uno de sus cuadros a los seres humanos y otros animales. El plasmar seres que juntan características, tanto salvajes como de personas, es un retrato de la realidad desencarnada. Acorde al autor, su intención es representar la esencia de las cosas, no su apariencia en sí. Lo cual, puede ser tenebroso, pero mágico a la vez.
Dicho acercamiento, poco convencional, pero sumamente bello, puede atribuirse a su formación. El mismo López Galván lo reconoce y asegura que esto se debe a que en un principio, estudió diseño gráfico. Fue sólo después de que tomara un taller de dibujo, que supiera su verdadera vocación: el retratar monstruos al óleo.
El uso de sombras y luminiscencias en cada una de sus piezas es otra prueba de la seductora tenebrosidad de sus seres. Según el artista, esta técnica permite darle más profundidad a los personajes de sus cuadros, como a sus ambientes. Tal vez, este estilo puede atribuirse a que admira el arte Barroco y, sobre todo, a Goya, a quien considera un ejemplo a seguir, y a Dalí y su habilidad de distorsionar personajes y escenarios y transformarles en otros.
Sin duda alguna, el arte de Galván también crea este efecto. Lo siniestro y tenebroso se expresa a partir de seres que parecen una realidad hechizada, acaso formada desde la locura. Aún así, el artista asegura que cada una de sus creaciones se hace para que interactúen con el espectador, pues deja al imaginario de éste, la creación de una posible narrativa.
Su libertad de interpretación se agradece mucho. No sólo porque sus pinturas enfatizan la belleza de la oscuridad, sino por el terror y caos que representan. López Galván nos invita a encararnos al arte, aunque este sea tenebroso. Porque las maravillas de lo oculto siempre vale la pena verlas.