El poemario Hilo de voces ñuu savi recopila las preocupaciones y esperanzas de un grupo de niñas y jóvenes mixtecas.
Pocas palabras, pero atinadas; metáforas sencillas, pero profundas; historias ajenas, pero una intimidad compartida. Hilo de voces ñuu savi fue el resultado de los Semilleros creativos del programa Cultura Comunitaria de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México en Tlaxiaco y San Simón Zahuatlán, Oaxaca. El nombre del poemario hace referencia a la forma en la que los nahuas autonombran a los habitantes de Mixtecapan (país de los mixtecos) o Mixtlán (lugar de nubes), que en español significa "pueblo de la lluvia". Las palabras que se depositan en este documento son como gotas de agua que decoran el suelo poco a poco y transforman el entorno. Cambian los colores y olores. Aunque cada uno de los poemas retrata una vivencia particular, hay una reflexión colectiva, con dedicatoria a todas las mujeres del país: "A todas esas mujeres que admiro, y a las que desconozco. A todas las mujeres que siempre son valientes y que no detienen su vuelo, ni con la peor de las tormentas", explica el texto introductorio.
Estos delicados poemas muestran las inquietudes de niñas y jóvenes respecto a ser mujeres en México. Se pintan dolores, pero también, sobre todas las cosas, se dibuja una promesa: "Florezcamos en abundancia y sin miedos, donde el amor y la fuerza no falten, como luciérnagas entre montañas, para que nunca haya un mundo sin nosotras". En ese ejercicio se fortalece la enunciación de la voz propia y se construye una fortaleza de ricas perspectivas con la pluralidad de experiencias.
Durante el taller que incubó este simbólico poemario, se compartió la obra poética de escritoras ñuu savi como Celerina Sánchez, Ofelia Pineda y Nadia López García (que impartió parte del taller de creación literaria). Y ahora, aquí te compartimos uno de los textos que resultaron de este bello ejercicio:
La tristeza
Mi abuela tiene una tristeza y un dolor,
que la atrapan y la ahogan.
Su hijo murió lejos y ya no pudo verlo.
Para curar su tristeza teje palma,
y al mover sus manos
siente como si fueran pétalos libres,
volando en el aire,
que llegan hasta su hijo
y rezan para que esté bien.
Isabela, 13 años San Simón Zahuatlán
Si quieres leer todo el poemario Hilo de voces ñuu savi, descárgalo aquí.
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