La poética conexión que guardan algunos pueblos mexicanos con la naturaleza les regala una mística ventaja: la posibilidad de predecir y —si los dioses escuchan— controlar el clima.
Y es que entre algunas comunidades, aún vibra una noción muy orgánica que dicta que las fuerzas abstractas del medio ambiente tienen voluntades propias —igual que las voluntades humanas— y podemos apelar a ellas, pidiendo que beneficien los ciclos que más convienen a nuestra existencia.
Para llamar y complacer a estas voluntades, se realizan profundos rituales y sacrificios. Y, aunque su efectividad pareciera estar perdiendo potencia —mientras experimentamos el fenómeno que conocemos como cambio climático— tal vez sea más importante que nunca realizarlos, por lo menos como un recordatorio de lo conectados que estamos a la vida de la Tierra, en todas sus dimensiones.
Te presentamos, entonces, algunos rituales mexicanos que podrían ayudarte a poner el clima a tu favor.
1: Barbacoa ritual para asegurar el buen tiempo
En el poblado de Petlacala, en Guerrero, la petición de lluvias se realiza el 1 de junio. Consiste en el sacrificio ritual de dos chivos que se ofrendan al Sol, en la ladera del cerro Tonalixcatzingo. En este sitio hay una oquedad circular en la montaña llamada caltonaltépetl o "casa del Sol". Ahí se vierten la sangre de los animales y mezcal.
Además, se depositan dentro los corazones de los chivos para ofrendar a una "culebra" que habita el sitio sagrado y que también tiene injerencia sobre las lluvias. La carne de los animales se prepara en barbacoa y es consumida de forma colectiva por la gente del pueblo.
2 Sacrificio para pedirle a los "angelitos de la lluvia"
También en Petlacala se realiza otro sacrificio que se repite en distintas partes de Guerrero. En el caso de este pueblo se acude a un sitio llamado Yeyecacíhuatl (que significa mujer del viento) y ahí se sacrifican gallinas y guajolotes y se montan ofrendas.
Después de desplumar a las aves, se les extraen las vejigas, se inflan como globos y se cuelgan en árboles cerca de las ofrendas, en dirección al sur. La mitología popular dicta que estos "globos" sirven de tambores a los "angelitos de la lluvia" y ellos los tocan para hacer tronar las nubes.
A la par, las mujeres danzan junto al altar, donde hay una cruz (el ritual está ligado a la celebración de la Santa Cruz) y el tlahmaquetl (hombre que media entre lo sagrado y lo terrenal) canta, mientras derrama con la boca mezcal sobre la tierra, imitando la lluvia.
3: Haciendo nubes
En la comunidad mixteca de Santiago Nuyoo, en Tlaxiaco, Oaxaca los rezanderos realizan un precioso y sencillo acto ritual. Se trata de fumar tabaco para "hacer nubes". El acto es cotidiano, claro, pero en el momento de petición de lluvias adquiere una conciencia muy particular.
4: Sangre para invocar a las aguas
En distintas regiones de Guerrero, cada año se ejecuta un ritual muy particular. Jóvenes disfrazados de tigres se agrupan en "equipos" por barrios y armados con una cuerda anudada, pelean tan duramente como son capaces y hasta donde el otro aguante.
El fin último es que gotee la sangre, para fertilizar la tierra e intercambiar gotas de su propio líquido vital, por gotas de lluvia. Mientras combaten, gritan, imitando a los jaguares y en una hermosa analogía, a los truenos.
El acto ritual es practicado siempre por hombres; pero en algunas regiones de Guerrero la tradición ha cambiado y no discrimina por género y edad y los golpes subliman deliciosamente las emociones de quienes tiran sangre y ganan lluvia.
5: Para protegerse de los rayos
En las comunidades de Tlaxiaco, Oaxaca, muchos le temen a los rayos. Dicen que son malévolos y persiguen a las mujeres, invocan a las alimañas. También se sabe de sujetos que son capaces de transformarse en rayo y asesinan o lastiman a sus enemigos.
Así, para protegerse de los rayos durante una tormenta, se realizan pequeños rituales como plantar un machete en el suelo; arrojar sal al fuego o llenar la casa con las plantas y flores que fueron usadas para adornar la Santa Cruz.
6: Rituales para despedir a las lluvias
El Día de San Miguel, 29 de septiembre, muchas comunidades mexicanas comienzan a despedir a las lluvias. En algunos pueblos se le pide a los "angelitos", que son comandados por el arcángel Miguel, que se retiren a tiempo, pues si se quedan de más, la milpa podría arruinarse. Se acostumbra también poner altares con maíz o productos derivados.
Otra fecha importante es el 1 de noviembre, el día de Todos los Santos o Día de Muertos, cuando se comparten las cosechas con los ancestros, cerrando otro ciclo de fertilidad con la muerte.
*Fuente: "Aires y lluvias. Antropología del clima en México", compilado por Annamária Lammel, Marina Goloubinoff y Esther Katz.
*Imágenes: 1) Crédito no especificado; 2) México Desconocido; 3) Alex Espejo; 4) Open Edition Journals; 5) Javier Barros; 6 y 7) Cristian Leyva; 8) theworldnews.com; 9) Fiveprime.