Hay personas que no dudan en marcar su piel con un elemento de la cultura mexicana. Y en este sentido, tal vez no haya simbología de cultura más sugerente que la gastronomía –que, por cierto, siempre suele ser atractivamente colorida–.
La gastronomía es por sí sola un elemento que permea al mexicano. Y tal vez por ello sea que en numerosas ocasiones se viene a la mente la posibilidad de tatuarse un aperitivo tradicional; de llevarlo en la piel como una especie de culto a su sabor, o simplemente como una insignia del ingenio mexicano. Por otro lado, cientos de símbolos de la gastronomía mexicana son reconocidos a nivel mundial, acaso como una suerte de emblemas que exponen la mexicanidad como un estado de ser. Porque todo foráneo que haya probado alguna vez los singulares sazones del territorio, sin duda quedará hechizado por el espíritu de estos alimentos.
Ya sean insignias de un delicioso guacamole –y su ingrediente clave, el aguacate–, o un ardiente tequila que recuerda ese sentimiento peculiar de la fiesta mexicana. Un pan dulce como la mítica “concha”, acompañada de una bebida aliente, tal vez un chocolate tradicional o un café de olla; la mítica planta que, según numerosos mitos antiguos, estamos hechos los mexicanos –el maíz–, y hasta la figura del chile, que sencillamente expone una increíble paleta de colores según su grado de picor.
Son muchos los elementos de nuestra comida típica que se retoman para crear fascinantes y extravagantes diseños, algunos de los cuales son particularmente bellos y, otros, indudablemente ocurrentes. En breve te mostramos algunos ejemplos:
*Imagen principal: Julia Rothman