Los antiguos mayas susurraban que debajo de los cenotes sagrados, había un mundo completo. Que las cavernas estaban pobladas de vidas fantásticas. Recientemente un equipo internacional descubrió que, efectivamente, las cavernas acuáticas de la península de Yucatán, a pesar de presentar condiciones extremas, se guardan el secreto de la vida.
Encontraron que en los recintos inundados (tanto por agua dulce, como por agua de mar) hay una cadena alimenticia completa que existe gracias a los desechos que las corrientes arrastran de otras partes. Esta materia orgánica, se descompone hasta convertirse en metano (un hidrocarburo muy sencillo) del cual algunas especies animales se alimentan, pues han logrado adaptarse para aprovechar esta "basura marina" completamente desintegrada.
Así se han explicado, finalmente, por qué Ox Bel Ha, esta extraña región natural compuesta por el circuito de cavernas al noreste de Yucatán, albergue tanta vida. Crustáceos maravillosos y resilientes, como unos camarones que obtienen el 21% de sus nutrientes del metano, dominan este oscuro reino.
El estudio importa, porque les da pistas a estos investigadores sobre la manera en que las especies modifican sus hábitos de supervivencia para subsistir bajo toda clase de condiciones. También les permite predecir el impacto que el desarrollo demográfico, el calentamiento global, el turismo, la contaminación y otros factores, tendrán sobre las especies afectadas.
La adaptabilidad de estas especies provoca una reflexión de dos sentidos. Primero, nos invita a pensar en la forma en que cada uno de nosotros se convierte en un factor de riesgo con el que naturaleza debe lidiar. Y, por otro lado, también es una lección de vida. Es, en última instancia, la necesidad de mantenerse vivos, lo que lleva a las especies a manifestar una elegante y humilde flexibilidad y responsividad con respecto a su entorno.
Es una linda casualidad que las creencias de mayas antiguos y contemporáneos, se basen en la correspondencia con la naturaleza que los envuelve, casi como si ellos y todo lo demás, fueran una sola cosa. Como las aguas dulces y saladas inundando la tierra; descomponiendo a la par los mismos desechos, que dan lugar a una nueva vida que resuena.
*Imágenes: 1) Matthew Karsten; 2) aquaworld.com.mx