En cada época, en cada civilización, hubieron lugares privilegiados, considerados como portales donde había una conexión especial con la divinidad. Espacios en los que por su magnificencia natural o por sus “cualidades metafísicas”, eran reverenciados por los pobladores. Durante la historia humana prácticamente todo grupo, llámese etnia, cultura o sociedad, ha venerado espacios determinados, los cuales suelen estar inmersos en su mitología y que denotan una significación profunda.
En México, entre sus numerosos grupos, existen lugares naturales considerados como sagrados, que van desde cuerpos específicos, por ejemplo un cierto monte o un cenote en particular, hasta kilométricos escenarios, como el caso de Wirikuta, la tierra sacra de los Wixárikas (huicholes), ubicada en el desierto de San Luis Potosí.
A continuación te compartimos un compendio de sitios sagrados, que desde hace siglos y hasta la fecha hospedan diversos rituales y y que impregnan la tradición mística de nuestro país:
1 y 2. El Popocatépetl y el Iztaccíhuatl (Puebla, Estado de México, Morelos)
No solo para los mexicas, también para etnias que ancestralmente vivieron en las confluencias del Valle de México, las montañas y volcanes fueron esenciales en su mitología sagrada. El Popocatépetl y el Iztaccíhuatl fueron centros divinos de gran importancia. Se sabe que las cuevas ubicadas en las faldas de ambos alojaron (y alojan) ritos, sobre todo dedicados al dios de la lluvia.
3. Sierra de Tláloc
La veneración de las montañas entre las culturas cercanas al Valle de México incluía lugares como el Pico de Orizaba (Poyahutécatl), la Malinche (Matlacueye), Xochitécatl (frente a Cacaxtla) y el Nevado de Toluca.
Sobre todo en el ritual de la lluvia mexica, conocido como IV Huey Tozoztli, eran visitadas estas montañas y volcanes desde épocas toltecas, y en sus faldas se hacían distintas evocaciones. Aún hoy, en los pueblos del rumbo existen los graniceros "los que cuentan el tiempo": hombres y mujeres que han sido tocados por el rayo, y que dirigen estos rituales.
4. El Valle Sagrado de Tepoztlán (Morelos)
La estética de sus montañas lleva una carga mística. Un sitio inmerso en mitologías y leyendas. Específicamente en Amatlán de Quetzalcóatl, dice la leyenda, es donde nació la serpiente emplumada. Su pirámide construida sobre un cerro es también el sitio donde nació el dios Tepozteco, hijo de Ehécatl (hoy del viento). Hoy es uno de los centros de esoterismo contemporáneo más importantes del país.
En Wirikuta
En la cosmovisión wixárika (conocida comúnmente como huichola) su zona sagrada abarca una extensión de 90 mil km2 en la región de la Sierra Madre Occidental: en los estados de Durango, Jalisco, Nayarit y Zacatecas. Ahí se encuentran ubicados los cinco rumbos del universo.
Los wixáricas hacen una peregrinación a sus lugares sagrados para recordar la creación del mundo y encontrar el nana iyari que significa pertenencia o literalmente el “camino del corazón”. El nana iyari es necesario vivirlo, reproducirlo cotidianamente a través de la costumbre: de la peregrinación, las abstinencias y el consumo de hikuri (peyote).
5. Mar de San Blas (Nayarit)
Ahí fue donde Tatei Haramara (deidad femenina también llamada “nuestra madre”) se convirtió en serpiente y tuvo que pelar para salvar su vida.
6. Isla del Rey (frente al Puerto de San Blas)
Aquí se levantan dos piedras blancas, es la puerta sagrada hacia el quinto mundo.
7. Isla de los Alacranes (Lago de Chapala, Jalisco)
Xapawiyeme -Xapawiyemeta, lugar donde tocó tierra Watakame (enviado de la madre del universo, Takutsi Naakawe) después del diluvio.
8. Parte alta del Cerro Gordo (Durango)
Aquí la canoa del enviado del universo Watakame quedó varada; aquí yacen los restos de esta y de lo que arrastró el diluvio.
Otomíes:
9. Cerro de la Campana y Nacelagua (Parque Ecoturístico Miguel Hidalgo o La Marquesa, Estado de México).
Aquí se venera al "Divino Rostro" o “Señor de la Campana”. A principios del año de 1999 sucedió algo insólito, cayó un rayo en el lugar, derribó árboles y debajo de la roca comenzó a brotar nuevamente el agua. El acontecimiento originó que las comunidades mencionadas entubaran el agua. Además, se cree que cuando a alguien le cae un rayo, puede ir a curarse al cerro de la Campana porque se dice que a esa altura está dios.
Entre los otomíes de Puebla, la representación de dios en su manifestación como rayo es ‘El Señor Relámpago’. A estos lugares, los curanderos de Atarasquillo, Améyalco y Huitzizilapan, entre otros pueblos de Lerma, acuden a adorar y a pedir al Señor de la Campana y a la Virgen que sane a sus pacientes.
10. El Cenote Sagrado (Yucatán)
Esta preciosa cavidad cercana a las ruinas de Chinen Itzá era para los antiguos mayas el medio de comunicación con Chaac, el patrono de la lluvia. Se trata de uno de los sitios rituales más importantes que se celebraban en esta antigua capital maya, donde, por cierto, fue encontrado un invaluable tesoro de ofrendas en sus profundidades.
11. Isla del Tiburón (Sonora)
Es uno de los sitios imperantes en la mitología de los seris. Entre las leyendas de los conca’ac se cuenta que sus antepasados se aventuraron al mar –actualmente el Mar de Cortés–, dirigiéndose a la montañosa isla del Tiburón.
Bibliografía:
Informe final sobre Consulta sobre los Lugares Sagrados del Pueblo Wixarika
México Desconocido: ritos y leyendas del cenote sagrado.
“Cosmovisión y observación de la naturaleza: el ejemplo del culto de los cerros de Mesoamérica.” Artículo publicado por S. Iwaniszewski y L. Maupomé (eds). UNAM, México, 1991.
*Imágenes: 1)panoramio frankcisco2010.blogspot.mx, 2) www.windowssearch-exp.com, 3) www.viajeyviaje.com, 6) Azu. C, 7) José Manuel Ramos, 8) tallertoa.com, 9) m_cardos,