Una declaración amorosa a la naturaleza, pero también un activismo poético admirable. En Oaxaca, cuidar las montañas, los ríos, la tierra, el alimento –en esencia la naturaleza–, se traduce en una línea de acción para recordar el valor que tiene el territorio para los seres humanos.
Más allá de los muros mentales que hemos erigido y llevado a la realidad en forma de fronteras, los habitantes de Oaxaca imprimen una importancia singular a sus recursos naturales. De ahí que, sin dudarlo ni un poco, estas mujeres oaxaqueñas decidieron casarse con los árboles de su región.
Las mujeres son activistas en defensa de su tierra, y la ceremonia ocurrida en San Jacinto Amilpas, no fue más que un evento masivo realizado para sembrar conciencia sobre las evidentes repercusiones de la tala ilegal y la masiva deforestación en el estado.
“Casarse con un árbol es una manera de protestar, de decir que tenemos que dejar de exterminar a la Madre Tierra todos los días, cada minuto, cada segundo”
expresa la novia de uno de los árboles, Dolores Leycigi.
Pero estas 30 mujeres y novias decididas, no demandan consciencia con el sólo hecho del matrimonio (o fidelidad) eterna hacia estos seres, lo hacen mostrando una empatía sólida hacia la naturaleza:
“Pensé que era muy interesante el compromiso que tenemos, no solo con este árbol, sino con toda la naturaleza. Pensé en cuánto hemos dañado la naturaleza, así que decidí venir y casarme”
expresa Andrea Tanat, otra de las novias.
La ceremonia fue incentivada por el ambientalista Richard Torres, quien fue por cierto, el primero en casarse con un árbol –nada menos que el magnífico árbol del Tule– y que hoy pretende con este proyecto llegar a consolidar acciones en favor del medio ambiente en México, así como lo ha hecho en lugares como Perú, Chile, Argentina, Bolivia y Brasil. De hecho con esta simple acción se ha logrado la reforestación de unas 40 mil hectáreas de bosques en el mundo.
En estos momentos Oaxaca y otros estados de la República atraviesan por una deforestación masiva por diferentes causas, la más obvia, poco o nada se habla de temas ambientales entre la población, gobierno y los medios de comunicación, así como las problemáticas por las que atraviesa cada territorio. Este acto heroico y por demás amoroso, es una sincera declaración de amor a la naturaleza, pero también un activismo poético que nos hace reflexionar sobre si estamos todos en sintonía con lo que es importante: la naturaleza.
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