Tristemente, como otras cosas mexicanas, el cine local está en peligro, no de extinguirse, precisamente, pero sí de perder su oportunidad de iluminar la mirada de cientos de espectadores que esperan, con ansias, algo rico para ver. Así, nos toca a nosotros, amantes de las palomitas con valentina, darle la vuelta al asunto.
Estas son 7 cosas muy buenas que pasan cuando consumes cine nacional:
Apoyas a creadores locales (y a un enorme conjunto de trabajadores mexicanos)
El cine es una industria, que, como cualquier otra genera empleos. La particularidad frente a muchas otras industrias es que los trabajos que solicita son creativos. Ser artista, creador o técnico en algún área de artes o diseño en México es complejo, porque las industrias locales son pequeñas. Hay que hacerlas más grandes. Cuando vas al cine a ver una película gringa estás financiando a Hollywood. Cuando ves una mexicana, puede que estés financiando la cena de tu vecino.
Impulsas la continuidad de la industria mexicana
Si la industria local fuera más redituable, probablemente habría más personas dedicadas a ella. Y si pudiéramos hacer más sólidos los casos de éxito en este campo, tal vez los gobiernos y otras instituciones y organizaciones invertirán en los creadores emergentes. Así, no te tienes que aventar solo las películas de Carlos Reygadas; también puedes ver las formas del agua, los birdmans y de plano hasta los cocos de cada año, porque eso hace que suba el valor de creativos mexicanos y eso nos deja mejor parados a todos.
Te das la oportunidad de aprender más de México
El cine mexicano registra de manera muy peculiar visiones diversas de este país. Así, es una ventana a todos los Méxicos que no conoces y también una invitación a mirarlos con empatía. Si México es diverso esto es precisamente porque es enorme en todos los sentidos. El cine nos acerca a todo tipo de realidades, también al fondo de aquellas que consideramos convencionales.
Abres la posibilidad, de una vez por todas, de terminar con un prejuicio muy grave
Quien piense que en México no se hace buen cine tiene que ver más cine mexicano, porque aquí hay muestras fantásticas de toda clase de géneros. Por ejemplo, el cortometraje animado de Carlos Carrera llamado "El héroe" de 1994 ganó la Palma de Oro en Cannes. Puedes verlo gratis aquí.
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Le apuestas a una forma de comunicación creativa, abierta, honesta y reflexiva
El cine nos permite abordar hasta las circunstancias y problemáticas sociales más dolorosas y hasta obscenas. Tal vez nos moleste, pero, por a cambio de nuestra paciencia en muchos casos nos ofrece reflexiones preciosas, panoramas visuales insospechados y sobre todo la invitación a involucrarnos, a actuar, a cambiar las circunstancias que inspiran hasta el filme más espeluznante.
Refuerzas algunos puntos clave de tu identidad (y la de otros)
La identidad, como casi todas las cosas mexicanas, es megadiversa y elusiva. Pero se vale narrarse la propia identidad, ser narrado por otros y explorar las narraciones que plantean los demás. El cine tiene esta cualidad y hasta la exploración de los clichés más sutiles (como el hecho de muchos mexicanos guardamos la sal en viejos frascos de mayonesa o que los papás se van por cigarros y nunca vuelven), sobre todo si es ingeniosa, nos invita a reflexionar sobre nosotros mismos.
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Pones en cuestión tu propia definición de mexicanidad
Al final ese es el ejercicio. El cine es el lugar donde podemos imaginarnos de formas distintas, especialmente si somos espectadores o de rediseñar lo que vivimos, especialmente siendo creadores. No podemos perdernos de esta oportunidad. Mejor, consume cine mexicano.