Francisco Toledo es un personaje que tiene algo de elusivo y misterioso, tal como los seres de sus pinturas. Los animales que este pintor zapoteco nos presenta: como monos, murciélagos, iguanas, sapos e insectos, generalmente aparecen en movimiento, incluso podríamos decir que en mutación. Muchos de ellos son híbridos y casi siempre tienen un algo de efímero.
Quizá si existiera un calificativo para describir esa atracción que su obra suele generar, sería algo así como un “magnetismo brujil”. Y pareciera imposible disociar su origen zapoteco de su obra, ya que en ella desfilan seres que nos remiten a los nahuales –brujos mitad animal, mitad hombre, presentes en decenas de leyendas alrededor de México, y que en Oaxaca son más que populares.
A continuación te compartimos una selección de estos estos seres fantásticos, entidades que exudan imaginación y transitan en mundos insólitos –incluido el nuestro–.